El oráculo de Washington

Los humanos tenemos la tendencia a querer saber el futuro. Desde Nostradamus hasta los adivinos caseros predicen sucesos futuros. Pocos aciertan, casi de casualidad, por la sencilla razón de que el futuro no existe, el presente es el que manda y lo que sucede después ya deja de ser futuro. Sin embargo como se dice más o menos en una copla: no hay brujería, pero brujos los hay, Garay.

Donde más empeño se pone en saber el futuro es en la política, sobre todo en etapas de elecciones, en unos casos para saber a dónde se “apuntan”; en otros para fortalecer las posibilidades de determinadas candidaturas. Se utiliza las encuestas que apenas son un asomo de la realidad, tan variable y sorpresiva. Se confía en la propaganda, que además no es siempre ética, pues emplea mentiras y artificios, que no siempre dan resultados positivos para los aspirantes. Desgraciadamente, más suerte en convertir el presente en continuado, que se llama futuro, tienen los gobiernos totalitarios, que se perennizan mediante la represión, el crimen, aunque finalmente su futuro, que no quieren ver, es desastroso para sus detentadores y para los pueblos que han caído en sus garras.

En Estados Unidos, un famoso analista, el doctor Allan Lichman, llamado el “Oráculo de Washington”, pues ha acertado los resultados de las elecciones presidenciales en ese país desde 1984, afirma que Trump será derrotado en el torneo electoral de noviembre próximo. No emplea encuestas, ni el horóscopo, ni la intuición. Ha afirmado con notable éxito que existen trece factores que definen una elección. Parte de que no se puede negar el mundo real.

Sostiene que de las trece claves seis tiene en contra Trump, número por el que perderá. Los factores que señala en contra son: medición negativa de su desempeño como Presidente; resultados de las últimas elecciones legislativas; problemas económicos, malestar social; ineficiente política exterior y los escándalos durante su presidencia. La falta de carisma de Biden, no pesará, concluye.

En el Ecuador seriamente deberíamos analizar qué factores incidirán en las elecciones del año que viene.