No son comparables las raterías desde 1905 al 2006, porque en cien años, todos los mandatarios dispusieron de 178.000 millones de dólares, al cambio actual, mientras que del 2007 al 2017, el régimen dispuso de 400.000 millones de dólares, que es más del doble de los cien años anteriores. Invirtieron 90.000 millones en obras con sobreprecio. Despilfarraron, para atracar, 310.000 millones. Hay que establecer que en la década infame el ingreso fiscal y el atraco fueron inconmensurables, para eliminar del ideario de la gente que el delincuente innombrable fue «el mejor presidente». Si damos el mismo tratamiento a otros mandatarios, por sus «travesuras de niños», comparadas al atraco sistemático de la década infame, no lograremos desmitificar la «década ganada», «la gran obra pública». Lo que provocaremos, es que los corruptos anteriores, apoyen al delincuente, para salvarse. Todo lo contrario, los necesitamos, para enterrar a la organización criminal narco-comunista más peligrosa. Como necesitó en su momento Eisenhower, a Stalin, el mayor criminal ruso, para acabar con un enemigo atroz, el nazismo. Después desarticularon el comunismo en la URSS y derrumbaron el muro de Berlín. Primero, hay que cortarle la cabeza a la serpiente, extraditar al mayor facineroso de nuestra historia, desbaratar la más monstruosa maquinaria de fraude electoral, corrupción, abuso de bienes nacionales, injusticia e impunidad. Si no se sostiene esta lucha, por prioridades, transformaremos nuestras acciones, en bastonazos de ciego, que permitirán reorganizarse, a los canallas de la historia. Aún faltan enjuiciamientos contra el yangamanaishca y su banda. Debemos recuperar el dinero sustraído durante su mandato. Mediante Consulta Popular hay que revocar: a) la suscripción del CONVEMAR, porque perdemos derecho a 200 millas de mar territorial; b) los endeudamientos adquiridos entre 2007-17, por ilegítimos, ya que el país disponía en ése período, del mayor ingreso fiscal de su historia, lo cual transgrede el Art. 290.1 de la Constitución.
