El costo de la indiferencia

A lo largo de estos días, la famosa jerga inusual “ya que…” del precandidato Presidencial, Guillermo Lasso, pasó de frase célebre a convertirse en memes y luego a un casi olvido. Y yo me cuestiono: ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué volvemos a esa inercia apática?, cuando creería que es tan urgente poner sobre la mesa la discusión sobre un voto responsable y hacerse cargo con mayor seriedad de las decisiones que tomamos para nuestro futuro, el de sus hijos y sus nietos, pero, también para enrumbar hoy un país que está verdaderamente destrozado y hundido en una crisis económica, social y política, desde antes de la emergencia sanitaria y sus consecuencias.

¿Cuánto pensamiento reflexivo existe entre los ecuatorianos? ¿Mucho, poco, o muy poco? ¿Podría aumentar? Ver más allá de lo vidente es lo que nos hace falta a los ecuatorianos. Pero…para ello es necesario reflexionar, ser críticos, no dejarnos llevar por emociones, por simpatías o antipatías, ni mucho menos por resentimientos sociales.

Dejar de distraernos con memes en redes sociales y, empezar a buscar información que nos sirva para tomar decisiones importantes, como la elección de gobernantes que deciden qué tan bien o mal nos irá como país. ¡Ah! Y no me vengan con que Uds., son “alérgicos” a la política o que no es asunto suyo; todo ser humano es político, lo quiera o no, lo sepa o no.

Votamos por personajes populares, por descarte, por palabras emotivas, por odio, y luego somos reinas y reyes para llorar y quejarnos. Existe una gran diferente entre la queja y el reclamo. La queja, es el manifiesto de un descontento o inconformidad, y no pasará de ahí. El reclamo, es por su parte, demandar el cumplimiento de una promesa que no se ha cumplido en los tiempos o términos acordados, y es por este camino que se puede generar un nuevo acuerdo y encontrar soluciones, el reclamo pretende que quien ha faltado a su palabra asuma la responsabilidad, pero si no somos conscientes de los planes de un gobierno, si ignoramos con certeza lo que estamos eligiendo, no podemos reclamar y seguiremos quejándonos eternamente.

¿Por qué somos así?, tal vez porque es más fácil, o quizá por la falta de confianza en los gobiernos o autoridades. Ser presidente de Ecuador hoy parece ser una torta para cualquiera, es cosa de ver la papeleta y sus candidatos, uno ofrece a Barcelona campeón de América, y otros Uds., ya saben…Es una vergüenza, fruto de una sociedad del oportunismo, culpa nuestra de nadie más, por no saber elegir bien, por no educarnos como votantes, por continuar dando espacios mediáticos a las tonterías y payasadas, por no saber reclamar.

No sé si estamos a tiempo para cambiar, no sé si podamos cambiar, pero sí sé que “Ya que…”, es el opio y uno de los grandes culpables de nuestros problemas, y no podemos seguir de tumbo en tumbo.

Gabriel Quiñónez Díaz

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