Es miserable, burlarse o menospreciar a un ser humano por sus problemas físicos, mientras los robolucionarios irracionalmente aplauden los abusos y el saqueo correísta en la década robada, y se mofan de la condición física que atraviesa Guillermo Lasso, el pueblo ecuatoriano admira su compromiso, dedicación y esfuerzos por reparar el grave daño que el mamelucato causó a nuestro país.
Una secuela de poliomielitis dejó parapléjico a Franklin Roosevelt 32do. presidente de los Estados Unidos “a lo único que debemos tener miedo, es al miedo mismo” dijo al posesionarse, llevó a estados unidos a la victoria en la II guerra mundial, e hizo de su dolencia el crisol en que con coraje forjó su liderazgo, transmitiendo a los norteamericanos confianza y serenidad en esos difíciles tiempos.
Tiempos similares a los que actualmente atravesamos, sin embargo, un inmenso margen de electorado, tiene la certeza que Ecuador con Guillermo Lasso en la presidencia, volverá la confianza, el optimismo y la unidad que la patria tanto necesita, eso está refrendado por la alianza con la tendencia política más importante de la costa, especialmente en la provincia del Guayas y con sólido raigambre y estructura en todo el país. Porque era urgente y necesario que exista un consenso sobre la necesidad de enterrar en el basurero de la historia, a esa mafia, autodenominada socialismo del siglo XXI y oponerle una alternativa sólida y exitosa, con buenas perspectivas de gobernabilidad.
A pesar de que la corrupción de Correa y su pandilla en el poder era visible, que nos afectaba, no hicimos nada para evitarla, ahora estamos llorando sobre la leche derramada. También es cierto que nada dura para siempre y es el momento oportuno para combatir la corrupción correísta, de sus comensales y acólitos negándoles el voto. Es la hora del país, no delincuentes disfrazados de redentores, esa delincuencia organizada que en el 2017 a la vista de todos, le arrebató a Lasso un legítimo y evidente triunfo, hoy la bajeza no vencerá, el desvergonzado cinismo terminará, nunca más el cavernícola acto de públicamente romper prensa escrita, porque el fraude no pasará y la democracia brillará, porque esta vez… no nos robarán.
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