Deuda per cápita

Según el Ministerio de Finanzas, los compromisos del Ecuador llegan al 45 % del PIB, esto es unos 51.214 millones de dólares. Ese porcentaje significa que la deuda per cápita del país es de unos 6.245 dólares, es decir ese es el monto que cada ecuatoriano que forma parte de la población económicamente activa, le correspondería pagar, si se dividiera la deuda adquirida por el estado.

El agresivo endeudamiento del gobierno anterior, lo llevó a sobrepasar el 40 % del PIB permitido por la ley, llevándonos a esta situación de angustia por falta de empleo.

Mientras los países desarrollados tienen a su favor ahorros por cada persona, nosotros en cambio tenemos deudas tanto personales y deuda pública, que no la vemos, pero que los índices económicos así lo determinan, es igual a una deuda doméstica, cuando un padre se endeuda y pone en garantía la hipoteca de la casa donde viven todos sus hijos y familiares, en caso de ser montos desproporcionados, les tocará pagar a sus hijos que estén en actividad económica, de lo contrario pierden la casa.

Debemos, entonces estar claros, que la irresponsabilidad, y el clientelismo político de Rafael Vicente, nos dejó con un sobreendeudamiento, y se fue para Bélgica, a sabiendas que los compromisos adquiridos no eran posibles pagar con los ingresos naturales que recibe el Ecuador. Nos alistamos en el próximo año, a pagar esta monstruosa deuda, a través de nuevos impuestos, subida de carburantes, subida del gas, subida del costo de servicios como telefonía, agua potable, luz eléctrica, en fin.

Y por el contrario, no hay una política programada, que prevenga el desarrollo del agro, de las industrias de la caña, para producir azúcar y alcohol, turismo, con la inversión de capital privado y extranjero, en razón de no existir la seguridad jurídica que demandan los inversores, ellos no vienen al Ecuador por la terrible pandemia de la corrupción. Es imperioso un gobierno responsable, que cree las condiciones jurídicas garantistas de inversión, que cree trabajo, y en general riqueza, para el bienestar de todos.

Joffre Daza Quiñónez

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