La usura consiste en el cobro excesivo de intereses por un préstamo informal de dinero, cuyo rédito es superior al máximo legal. El legislador con el ánimo de proteger a las víctimas de este despreciable delito creó una norma en el COIP para sancionar a la persona que otorgue un préstamo en forma directa o indirecta con intereses mayores a los permitidos por la ley, que contiene una pena de privación de libertad de 5 a 7 años, y, cuando el perjuicio se extienda a más de 5 personas, la pena será de 7 a 10 años. La usura ha proliferado en el Ecuador debido a que el chulquero, con mucha facilidad y rapidez, concede el préstamo a sus víctimas dada la urgencia y necesidad de aquellas, siendo una de las condiciones el cobro del 10 al 20 % de interés, entrega de joyas, contratos de compra venta de casas, de vehículos, hipotecas, letras y cheques en blanco, con lo cual el acreedor informal queda asegurado, mientras que el deudor va camino a la quiebra, a la cárcel y a perder su patrimonio. Los bancos, cooperativas, mutualistas y casas crediticias no pueden competir con los chulqueros debido a la rapidez con la que éstos actúan. La actividad ilícita del chulquero nos dice que tras este delito está el lavado de activos, se hace presente por falta de pago, amenaza o amedrentamiento psicológico, físico y hasta el sicariato. La ley dispone que únicamente las personas que forman parte del sistema financiero Nacional y que tienen la certificación de la Superintendencia de Bancos pueden captar y prestar dinero. La jurisprudencia ecuatoriana, refiriéndose al delito de usura nos dice: “La acción permanece mientras el sujeto pasivo es sometido al cumplimiento de la obligación y culmina cuando se extinguen los efectos jurídicos del vínculo de subordinación, esto es al terminar de pagar los intereses usurarios o en su defecto si se ha demandado el pago de la obligación hasta cuando se dicta la última actuación judicial”. Recuerde que un préstamo debe hacerse solamente si es estrictamente necesario y a una entidad legal.
