Octubre a dos caras

Esta semana se presentó el libro de María Paula Romo y su asesora, sobre los hechos de octubre y hace no mucho, también se presentó el libro de Leonidas Iza, con su propio relato.

Antes de pasar a escribir sobre ambos relatos, no quiero dejar de mencionar, como la página oficial en facebook de la Gobernación de Tungurahua, fue usada para compartir la promoción de las redes sociales personales de Romo, ¿acaso no es poco ético, que se usen páginas públicas, para difundir eventos personales?, la Ministra tiene todo el derecho a publicar libros y tener una vida dentro de lo que permite la ley, por fuera de su cargo, lo que no es correcto, es usar recursos tecnológicos oficiales, para hacer propaganda de su libro, parece mínimo pero, en democracias más maduras no habría indulgencia.

Ahora, sobre los libros, creo que siendo Ministra, es un libro que se escribe desde el poder, me parece que hubiese sido más prudente escribir ese libro, fuera del cargo, con mayor distancia de los hechos y que no parezca una defensa de su gestión, me llama la atención que el libro vaya de “democracia”, cuando la Ministra Romo fue vetada de los diálogos, facilitados por la ONU y la Conferencia Episcopal y cuando su respuesta fue mover la sede de Gobierno y por tanto, coadyuvar a que se prolonguen tantos días las movilizaciones pero, con todo y eso, no creo en la censura, no es una cuestión del mercado, de que cada quien compre el libro que más le guste, sino una cuestión de pluralidad y tolerancia mutua, necesaria en democracia, que la lucha de las ideas, sea cultural y no tenga cordones sanitarios que impidan un debate abierto y por supuesto polémico.

Del otro lado, los cucos comunistas que le han tirado a Iza raya en lo absurdo, el libro en su índice, sí recurre a viejos clichés, como frases de Gramsci descontextualizadas para los títulos. Es un libro con voluntad contra hegemónica, que se esfuerza por entender el génesis de un conflicto complejo e incluye un capítulo sobre la violencia y la disputa por su monopolio, que espero reconozca los excesos y lo poco madura de nuestras instituciones incapaces de solventar las demandas que terminan por gestionarse en las calles.