Chile digiere una noche de gran violencia y Piñera pide

Santiago de Chile, EFE.-

Las huellas de una noche de extrema violencia eran visibles este lunes en el centro de Santiago, donde una multitudinaria concentración terminó con aislados pero graves incidentes y motivó al presidente chileno, Sebastián Piñera, a mandar un mensaje de «paz» de cara al plebiscito de esta semana.

«Ayer conocimos dos conductas y dos realidades. Por una parte, decenas de miles de chilenos y chilenas se manifestaron pacíficamente (…) pero también vimos a una minoría de delincuentes, que desató una ola de violencia, saqueos y vandalismo», lamentó el mandatario conservador.

Un muerto en un tiroteo, al menos 643 detenidos, 116 agentes heridos, dos iglesias quemadas y comercios saqueados fue el balance del domingo, que comenzó con una gran concentración en la céntrica Plaza Italia para conmemorar el primer aniversario del llamado «estallido social» de 2019 en favor de mayor igualdad social.

Las imágenes de la cúpula de la Iglesia de la Asunción en llamas, desplomándose entre aplausos y vítores de un grupo de manifestantes, se viralizaron por las redes sociales y fueron replicadas por medios de todo el mundo.

«Es una pena enorme, nos da mucha lástima, mi hijo se bautizó aquí», lamentó a Efe frente a las ruinas del templo Margarita Ramos, vecina del barrio.

Donde no quedó rastro de la protesta fue en el monumento al general Manuel Baquedano, la estatua del héroe de la Guerra del Pacifico contra Perú y Bolivia que preside Plaza Italia, que amaneció completamente limpia, luego de que el domingo la llenaran de banderas y pintadas con emblemas antigubernamentales.

Es la segunda vez en una semana que la estatua es restaurada, en una suerte de disputa entre autoridades y manifestantes por adueñarse de ella.

«La inmensa mayoría de los chilenos queremos vivir en democracia y en paz. No dejemos nunca que la violencia o la delincuencia le pongan barricadas o terminen destruyendo nuestra democracia», apuntó previamente el mandatario.

Los desmanes se extendieron a otras ciudades del país, como Valparaíso, donde la tarde del lunes grupos de manifestantes volvieron a salir a la calle y montaron barricadas frente al Congreso de los Diputados, ubicado en esa ciudad costera desde hace tres décadas.

Plebiscito en «paz»

El aniversario de las protestas, las más graves desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con una treintena de muertos y miles de heridos, tuvo lugar una semana antes de que 14,5 millones de chilenos decidan el 25 de octubre en un histórico plebiscito si quieren reemplazar la actual Constitución, heredada del régimen y vista como el origen de las desigualdades del país.

Piñera aseguró que «grupos minoritarios van a intentar ensuciar o entorpecer el proceso» constituyente y pidió a la sociedad defender la «paz» y «dar una demostración de nuestro espíritu y alma democrática» el domingo en las urnas.

También hubo condenas desde la oposición, donde el líder del centrista Democracia Cristiana (DC), Fuad Chahín, dijo que «la violencia y la delincuencia no busca cambiar nada, ni la Constitución ni el modelo de desarrollo, lo que busca es destruir el país y amenazar el proceso constituyente».

«Hay que esclarecer quiénes están detrás de estos hechos de violencia, que hemos condenado y que no contribuyen a la causa de cambiar Chile», agregó por su parte el presidente del Partido Socialista (PS), Álvaro Elizalde.

Los hechos del domingo también despertaron críticas de las autoridades sanitarias, que mostraron su preocupación por un posible «rebrote» de la pandemia al haberse incumplido las medidas de distancia física.

«Si en 14 días tenemos brote, los que llamaron a manifestaciones serán responsables del brote», avisó el ministro de Salud, Enrique Paris.

Con casi medio millón de contagios y 13.676 muertos desde marzo, Chile lleva semanas con la pandemia contenido en la mayor parte del país, a excepción de algunas ciudades del sur.