Fantoche

El fantoche es una persona que transmite una imagen grotesca y al mismo tiempo deja ver su ridiculez, por tener sonrisas sardónicas, la que encierra en sí sentimientos de amargura, otras veces desprecio y hasta burla, que nace como un impulso brotado de la impotencia. Es lamentable qué estas sean las actitudes de un improvisado a la Presidencia de la República, que nos permite vislumbrar y entender, que desconoce que un candidato a la Presidencia debe guardar respeto, seriedad y responsabilidad y al mismo tiempo saber manejar los temas que son requerimientos de la colectividad.

Éste no puede ni debe dar opiniones fuera de contexto y sobre todo debe estar convencido de ser átomo de su propia masa, mucho menos dar declaraciones cantinflescas: “mis respetos a la memoria de Cantinflas”. Este candidato al ser suelto de lengua llegó a transformarse en un fantoche y ser un títere, recibiendo el halago del titiritero, como su interlocutor, que desde el exterior lo maneja con los hilos de la demagogia que en su esencia es simplemente mentira.

Cabe anotar que la sonrisa sardónica que aparece en la cara del fantoche, siempre estará acompañada de una locuacidad o comúnmente labia, que es bastante persuasiva, pero cuando es excesiva se convierte en verborrea, que conduce inequívocamente al aburrimiento como pérdida de interés por falta de sustento.

No podemos dejar de mencionar, que los fantoches generalmente son locuaces y muy atrevidos con sus expresiones, que dejan muchas dudas sobre su veracidad y además utilizan el hablar de los loros que: “dicen lo que oyen y no saben lo que dicen”.

Debemos entender que frente a la situación económica y política aumentada inclusive por la pandemia nuestro país atraviesa por una situación de crisis horrenda y que vista esta circunstancia es necesario tener una conciencia clara con el fin de despejar cualquier duda que exista y pensar que debemos ser muy objetivos el momento de escoger a nuestros candidatos para no equivocarnos.

Carlos Concha Jijón