Empresas ecuatorianas las menos preparadas para la crisis generada por la pandemia

FRAGILIDAD. El sector productivo tiene varios problemas estructurales.
FRAGILIDAD. El sector productivo tiene varios problemas estructurales.

La estructura de costos y los bajos niveles de liquidez, entre otros, provocaron más dificultades que sus pares andinos.

Según el informe ‘Una radiografía de la resiliencia de las empresas de la región Andina para enfrentar la Covid-19’, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el sector productivo ecuatoriano fue el menos preparado para enfrentar un shock como el ocurrido este año.

A pesar de que toda la región tuvo que enfrentar las consecuencias de las fuertes restricciones y la paralización de la mayoría de las actividades económicas, y que se comparten características y problemas comunes, ni siquiera las grandes y medianas empresas de Ecuador alcanzaron índices de respuesta equiparables a las de los vecinos. Solo en el caso de las microempresas, Bolivia alcanza peores resultados que nosotros.

Razones

En primer lugar, los negocios nacionales reportaban bajísimos niveles de liquidez. Así, para más de la mitad de las compañías, sus obligaciones de corto plazo (deudas, proveedores y sueldos, etc) eran más del doble de lo que tenían, al momento de estallar la crisis, como efectivo disponible.

Esa situación era mucho más extrema en el caso de las microempresas, donde las cuentas por pagar eran hasta 12 veces más altas que lo que se tenía en la caja y las cuentas bancarias. Solo el 10% de las grandes empresas tenían liquidez suficiente para afrontar los compromisos más inmediatos.

Esta vulnerabilidad se maximizó porque el Estado, sin ahorros y con un alto déficit fiscal, terminó destinando menos del 5% de gasto público adicional (con el fin de enfrentar pandemia) para apoyar al sector productivo y evitar un mayor deterioro del mercado laboral.

En el caso de Perú, por ejemplo, los estímulos y ayudas fiscales superaron el 30% de ese gasto; en Colombia, el apoyo llegó al 10%. Esto no quiere decir que en esos países no haya habido quiebre de empresas y aumento del desempleo; pero son mayores las perspectivas de una recuperación más rápida.

Estructura inflexible de costos

Otro punto en contra es que, para las micro y pequeñas empresas, que representan el 95% del tejido productivo ecuatoriano, los alquileres de instalaciones y equipos representan más del 30% de los gastos. Eso es un peso grande, según Luisa María Rosero, emprendedora en el sector comercial, porque mientras las ventas caían más del 40% se tenía que seguir pagando altos costos fijos.

Por otro lado, la inflexibilidad y las rigideces en la normativa laboral provocaron que se volviera un problema grande el hecho de que el 85% de los costos de producción correspondiera a mano de obra.

“Muchas firmas tuvieron que recurrir a recortes de personal como la única forma viable de ajustarse a la crisis económica. Eso tuvo un efecto adverso en la cadena de pagos nacional”, detalla el informe del BID.

Finalmente, un fuerte impacto adicional se dio, en medio de las restricciones al comercio mundial, debido a que nueve de cada diez empresas ecuatorianas destinan un equivalente a la mitad de sus ventas para importar insumos productivos. Por eso, el organismo multilateral aconseja una revisión profunda de las trabas burocráticas y los altos aranceles. (JS)

Financiamiento

  • El 29% de las empresas ecuatorianas tienen acceso a créditos para innovación y mejoramiento tecnológico.
  • En el caso de las Pymes, el financiamiento para capital de trabajo y materias primas llega a menos de la mitad.