El signo Carapaz

Parece un sarcasmo que el Día de los Difuntos llegue con el cierre de cementerios y recorriendo la ciudad en bicicleta por la propagación del coronavirus. Un punto de inflexión al parecer por el rebrote de la peste letal. Rito inverso irónico, vigilia y feriado relacionado con la muerte, y la vida después de la muerte, cuando sociedad, costumbres y naturaleza se unen en un todo.

Ocasión propicia para cuestionar las políticas públicas de urbanismo y movilidad, el uso imprescindible de bicicletas, la defensa del territorio y la lejana recuperación del centro histórico. Es que las ciudades que enfrentaron guerras y fenómenos históricos de despoblamiento repensaron primero en el modo de vida del ciudadano e innovaron circunstancias: las formas de interacción del peatón, el reverdecer de parques, la relectura del patrimonio, arborización y la cultura ciudadana como eje de convivencia.

Más que un protagonista del deporte mundial, el ciclista Richard Carapaz, simboliza un semidiós de la era del confinamiento, receta universal a la pandemia y propuesta alterna al calentamiento global. Héroe tangible de la ‘nueva normalidad’ por su hazaña extraordinaria en una bicicleta. Signo de gloria y figura gratificante frente al industrialismo motorizado contaminante y depredador.

De hecho, por esa idea clásica de progreso, nació el Metro de Quito. Obra levantada en medio de la saturación poblacional del mayor centro de decisión política y desarrollo económico local. Bajo tierra se colocó una millonaria infraestructura inédita cuya importancia actual radica en su tarifa, accesibilidad, y en la reinauguración de la arquitectura del transporte público.

Sin duda, en Quito, las tecnologías pueden contribuir a rediseñar recorridos y rutas eficientes para la distribución de productos, identificar pedidos y evaluar el desempeño de buses y camiones. Sin embargo, falta combinar con las prácticas cotidianas amigables al peatón, el uso masivo de bicicletas, la incorporación segura de ciclo vías, la reducción de automotores y los anexos pendientes de la red vial: cables aéreos, salidas fluviales, trenes eléctricos y otros.

¡Una ciudad sería libre si fuera atestada por el ímpetu de muchos Carapaz!

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@kleber_mantillac