Inclusión y riqueza

Antes de la pandemia, la mujer constituía el 40% de la fuerza laboral en el Ecuador, pero mucho espacio se habrá perdido a partir del desproporcionado golpe que recibió este sector económico en los últimos nueve meses. Estudios, expertos y cifras señalan que en los sectores donde existe inclusión y se apunta a la equidad de género, aumenta la rentabilidad, disminuye la rotación laboral y mejora el ambiente de trabajo.

Según un estudio de la revista Forbes, los equipos de trabajo compuestos por varones y mujeres en similar proporción generan ingresos adicionales hasta por 41% en comparación con los de predominancia masculina.

“No será posible lograr los objetivos de Naciones Unidas al 2030 si no reconocemos el gran potencial que tiene la diversidad”, dijo Sylvie Bedard, embajadora de Canadá, en el evento virtual ‘Women in Energy’ (Mujeres en Energía), que continúa hoy, y que impulsa la inclusión de la mujer en el sector energético y en profesiones científicas y técnicas.

En esta víspera electoral, candidatos y partidos políticos se llenan la boca ofreciendo empleo, pero ninguno pensó en políticas específicas que mejoren la educación -desde temprana edad-, acceso a centros de formación superior y oportunidades laborales a esta, la mitad de la población.

La cambio es cultural y empieza en casa, en las escuelas y el seno familiar. Predominan los estereotipos que limitan el acceso y exposición de la mujer a muchas profesiones y oficios, dentro de los cuales se encuentran las ciencias, ingenierías y la construcción. La decisión, en cambio, es una económica y no tiene efectos secundarios: sólo generará beneficios para ellas y el país.

El amor por el aprendizaje es la pasión más necesaria, es una fuente inagotable de placer.”

Émilie Du Châtelet (1706-1749) Filósofa y matemática francesa.

No es que éramos incompatibles, sino que no teníamos nada de qué hablar.”

Haruki Murakami (1949- ) Novelista japonés.