El amor en los tiempos de Tinder

Entre los cientos de bodas y compromisos de los últimos meses y mi casi nulo éxito con las relaciones en los últimos años, llega a ustedes una joven que a los 23, se ha condenado varias veces a la soltería. ¿Seremos un problema nosotras, será que ellos ya no se esfuerzan o, simplemente, los que nos gustan, no nos prestan atención? Este es uno de los temas de conversación que más tengo y me frustra, como si las mujeres independientes y libres pensáramos solo en esto. Me río de mi misma mientras escribo, porque no es lo único, pero -confieso- pensamos en esto y mucho.

Nuestra generación dejó de mandar cartas y llamar a la casa con temor a que contesten los papás. El coqueteo ‘virtual’ llegó con los mensajes de texto ilimitados, continuó con el messenger con el zumbido que fue el inicio de “lo intenso” y siguió con los estados en el BBPIN (Blackberry) para llamar la atención. Al día de hoy, termina con los vistos azules del WhatsApp y los fueguitos en Instagram.

Hay cosas que las redes nunca van a reemplazar: la comunicación, los detalles y el esfuerzo, pero al día de hoy las mujeres y los hombres están en igualdad de condiciones para dar el primer paso y terminar en un encuentro, por eso un 73% de españoles cree que es más fácil coquetear. El sistema de cortejo cambió y no hay vuelta atrás. Esa idealización de un amor romántico tradicional de las películas con el que crecimos ya casi no existe. Maldito seas, Hollywood.

Pero, por qué tantas nos autosaboteamos con lo de solteras. ¿Será entonces que estamos muy ocupados para el amor, o simplemente no nos interesa complicarnos o sufrir? Me quedo con fluir y dejar de pensarlo. Al final, siempre dicen que cuando uno menos se lo espera, llega… el mensaje.