SILLAS VACÍAS

Eddy Arrobo Rodríguez

A las puertas de la celebración de Nochebuena y Navidad preparamos nuestros corazones para albergar y arrullar al Niño Jesús, como aquel pesebre de Belén, y en muchos de los hogares nos disponemos para celebrar en familia la tradicional cena. Sin embargo, este año por motivo de la pandemia Covid-19, ha sido extremadamente duro, pues muchos perdieron familiares, otros fueron despedidos de sus empleos o quebraron sus negocios y todos tuvimos que enfrentar un confinamiento que supuso la separación de nuestra familia y amigos.

La Navidad es un momento en que los recuerdos y las emociones están más presentes y las ausencias se hacen más notorias en estas fechas. Las “sillas vacías” nos traen nostalgia porque representan aquellos seres queridos que hemos perdido y aquellos familiares que viven en el extranjero que no podrán realizar el tan esperado viaje del reencuentro. Por otro lado, las “sillas vacías” también representan las personas que no están por las enemistades, pues los malentendidos y el orgullo nos impiden volver a juntarnos en la misma mesa.

Navidad también es paz, esperanza y amor. Se vuelve el momento oportuno para perdonarnos a nosotros mismos, para imaginar un futuro mejor y para reconciliarnos con los que nos hirieron. No nos quedemos sin transmitir o expresar nuestro amor, que la tristeza no nos embargue y que la esperanza por días mejores sea abundante.

Llenemos de nuevo esas “sillas vacías”, reencontrémonos como hermanos en un abrazo de perdón, utilicemos los medios tecnológicos para acercar distancias y elevemos una oración por aquellos que se adelantaron, solo así, podremos llenar de nuevo la mesa. Que en esta Navidad la felicidad y la paz nos acompañen siempre y cada día sea un nuevo renacer.

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