Noche, buena a pesar de todo

Vivíamos en una sociedad de la velocidad, la competencia, la carrera, el pique, y en muchas ocasiones; en el yoísmo en creernos el centro del universo.

En nuestras calles, las carreteras, en los centros comerciales, en los bancos, correr, darse prisa, esquivar. Pasarte en rojo, no perder el bus o el metro, no llegar rápido al trabajo, ver la última notica en redes. Una sociedad de la urgencia, de las exigencias, del poco tiempo para disfrutar, contemplar, admirar, escuchar, meditar, comprender, cuestionar, pensar, crear y creer.

Mañana, 25 de diciembre será Navidad, y hoy, 24 en la noche, buena a pesar de todo, nos reuniremos en torno al portal. El nacimiento es un arte breve que cada año se reinventa, frente a la dolorosa conciencia de los que faltan o ya no están. La Navidad es una invitación a reflexionar sobre la vida, desde un pobre y tierno pesebre, hasta la inevitable muerte que nos espera. Con todas las miserias del ser humano, (rechazando la posada a la madre embarazada), hasta sus grandezas (los que acompañaron a Cristo, aunque tantas veces temían y dudaban). Me atrevería a decir que esto ha sido la pandemia: una invitación a redimensionarnos, mirarnos a los ojos nuevamente, juntarnos, (entre los más cercanos), recibir golpes severos (unos más que otros), llorar en silencio; pero buscar soluciones, luchar por oportunidades, con nuevos y distintos horizontes para reinventarnos.

En esta Navidad, de presencias y ausencias definitivas, me perdonará mi amigo Manuel Gonzales, si uso una palabra considerada por él “Respirar me es ganancia”, para recordar el significado sagrado de la vida, e invocando a Confucio, creo que “sólo puede ser feliz el que sabe serlo con todo”. Pero Navidad son más cosas: soledad que encarcela al que no tiene dónde ni con quien huir; la desesperación del que habita lejos de su estirpe, la agonía del que se come lo que no tiene, la hipocresía del que presume y aparenta lo que no es y jamás será, la dureza del corazón del corrupto que trafica con la medina del pobre; la tristeza del pueblo olvidado, la maldición del que quiere, lucha y no puede; las palabras falsas del que piensa que a hacer política es ganar elecciones, el abuso de poder de quien abusa de los pequeños, del niño sin internet, de los jóvenes sin oportunidades.

Navidad, son las sombras y luces de Belén, que emerge cuando la noche es aún larga y parece que el Niño no acaba de llegar. Hasta que los Reyes Magos se acercan poco a poco y nos adentran en un mundo enigmático, pleno, y justo para los que soñamos un mundo mejor. Navidad, es el tiempo de la memoria, del reconocimiento, del reencuentro, de elevar nuestra Fe y esperanza, del cobijo de las familias, que sea abrazo enorme para todos, que nos fortalezca luego de un año tan duro, y nos ayude a ir hacia un mejor 2021. Feliz Navidad.

Gabriel Quiñónez Díaz

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