La invención del lenguaje, en todas las culturas, permitió generar intercambio de información entre individuos, pero, a la vez creó ‘ideas de la nada’, que con el tiempo fueron convirtiéndose el ‘verdades’ y así los tiempos corrieron llegando hasta el presente como semidioses fabricados, en los que la mayoría cree, así se amasaron conceptos como: justicia, libertad, ética, democracia, etc.
La llamada ‘política’, a través de los tiempos, es el método de dominio de unos pocos sobre el resto. A esto se suman dos elementos, el violento y morboso instinto por el poder y la riqueza de sus aspirantes, y no el afán de servicio como debiera ser. Maquiavelo se atrevió a escribir su libro para enseñar la estrategia del engaño a su jefe y eso sigue perfectamente vigente.
Desde luego los politólogos y cientistas sociales seguirán sosteniendo sus verdades de buena fe, pero la realidad es otra. Nuestro escenario nos muestra una orgía de candidatos salidos de la nada, otros conocidos por sus fechorías y el público votará ciegamente porque no le queda más y es obligatorio.
La mafia socialcristiana que ha gobernado de frente o en las sombras por más de 40 años sigue de campeona en la liga y a esto se debe la bochornosa actuación de las ‘autoridades’ electorales que han llegado a un cinismo extremadamente sospechoso, con actitudes burdas e incoherentes.
Así seguiremos por siempre, porque aún los verdaderos líderes que cada siglo aparecen, terminan carcomidos por el poder y el dinero, y las masas obedecen con las cabezas agachadas. Si cuando, por algún momento de lucidez, se levantan intuitivamente son contenidas por el poder de la fuerza armada que obedece los designios del gran Baal, pero la esperanza seguirá alimentando a los humanos.