¿2020, UN AÑO PARA OLVIDAR?

Eddy Arrobo Rodríguez

He escuchado a muchos afirmar que el 2020, es un año para olvidar, pues queremos borrar todo lo malo que trajo este año. Nuestro país empezó el año con la erupción de volcanes, incendios forestales y el 29 de febrero se detectó el primer caso de coronavirus.

El SARS-CoV-2, trajo consigo los peores escenarios, jamás imaginados. Los noticieros reportaban la difícil situación que atravesaba Guayaquil con el mal manejo de cadáveres durante la pandemia por Covid-19. Muchas familias aún viven la incertidumbre de no poder dar sepultura a sus seres queridos, para ellos es “el año que se detuvo el tiempo” como canta Pimpinela.

A pesar de todo el dolor vivido en este año, la corrupción no dio tregua y las líneas de mi editorial se hacen cortas para enumerar todos los casos. Por otro lado, el 2020, trajo miles de desempleos, la quiebra de empresarios y emprendedores, el crecimiento de las desigualdades y la agudización de la pobreza.

Sin embargo, a pesar de todo, creo que el 2020 no es un año para olvidar, sino un año de enseñanza, pues nos tocó reinventarnos y adaptarnos a los nuevos escenarios. No nos quedamos con las manos cruzadas y dimos paso al teletrabajo, a la educación virtual, a los emprendimientos online y a un sinnúmero de plataformas digitales y apps que hicieron más llevadero el confinamiento y la nueva normalidad.

En el ámbito deportivo la Tri destacó en las eliminatorias; Carapaz destacó en el Tour de Francia y la Vuelta a España, y Carlos Góngora nos dio un campeonato mundial de boxeo categoría mediano.

Para finalizar el año, nos han dado la esperanza en una vacuna, varias son las farmacéuticas que con su investigación y arduo trabajo realizado nos auguran días mejores. Soñemos un 2021 mejor.

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