EL EXAMEN DE LA VIDA

Álvaro Peña Flores

El año que cambió la historia sin duda ha sido este 2020, la pandemia nos recuerda que somos frágiles y mortales, y que para ello no hay remedio alguno. Hoy experimentamos la fragilidad de la vida humana hasta el fondo.

Sócrates sostenía que una vida sin examen no merecía la pena ser vivida, y esta premisa, este año estuvo más vigente que nunca. El examen o evaluación que nos tomó la pandemia fue dificilísimo para todos, gobiernos y sociedades; además nos demuestra una vez más, que no somos esos seres absolutamente poderosos, sino todo lo contrario: somos frágiles y vulnerables

A un día de terminar este poco querido y jamás olvidado 2020, es preciso realizar un examen personal: ¿Vale la pena tanto esfuerzo y falsas seguridades conseguidas, si en un soplo se te va la vida? ¿Vale la pena trabajar y vivir sin sentido? ¿Superamos el examen o reprobamos? Son interrogantes que nos permiten conocernos como seres humanos.

Ni los gobiernos ni las personas estábamos preparados para tan letal acontecimiento, el coronavirus nos ha demostrado que lo azaroso, lo inesperado y lo insospechado juegan un papel en la historia y que si ocurren es para enseñarnos que todo lo que hagamos desde nuestros espacios es para generar valor y trascender.

A este examen hay que sumarle factores atenuantes que nos permitieron disminuir las brechas generadas y son esperanza de la humanidad: la solidaridad, la honestidad, la ética, la moral, la empatía, y por sobre todo el amor.

El término de este año debe ser celebrado como ningún otro, porque seguimos incólumes, se nos ha dado una nueva oportunidad para rendir el examen y superar la prueba de la vida; no olvidemos que la gratitud es felicidad y ése es el fin último de la existencia humana, ser felices.

[email protected]