María Rosa Zury Rojas
¿Sabían que las noticias falsas en redes sociales se difunden seis veces más rápido que las reales? Es decir, que las personas somos más propensas a ser más desinformadas ahora que en el pasado. Además, en un país tan polarizado como el nuestro, la situación es aún más drástica, pues las redes sociales se encargan de que se consuma únicamente información similar a la que pensamos, sin que nada ni nadie contradiga la visión del mundo que solos hemos creado.
Situación que preocupa de sobremanera, en especial en este tiempo de elecciones. De hecho, un ejemplo de ello es la intolerancia entre correístas y quienes apoyan a Lasso. Dado que, cada uno de ellos se ha convencido de que su candidato es el único capaz de sacar al Ecuador adelante. Aún peor, justifican sus errores, sus actos de corrupción y su machismo. Y eso no es todo, cualquiera que piense diferente a ellos es merecedor de insultos e irrespeto. Esa es la consecuencia de tener ciudadanos que consumen únicamente información que les gusta y que no están dispuestos a observar más allá de sus intereses.
Ante esa situación, es importante cuestionarse ¿Es el Ecuador que queremos? O ¿Cuántos años más de ofensas e intolerancia debemos ser testigos los ciudadanos que dejamos de lado los apasionamientos políticos? Sin duda alguna, esta es la época para repensarnos y replantearnos el futuro social y político del Ecuador. La democracia es un sistema tolerante a las diferencias y de respeto a las libertades de pensamiento y debemos recuperar esos principios.
Es ahora, más que nunca, que necesitamos poner fin a la polarización de la cual somos víctimas. Las redes sociales nos están consumiendo y de ellas dependerá nuestro voto si no decidimos salir de nuestra burbuja de pensamiento. Ampliemos las ideas, rescatemos las diferencias, cuestionemos las equivocaciones. Eso necesita el país y el próximo presidente, ciudadanos comprometidos mas no apasionados y programados.