Álvaro Peña Flores
Muchos son los planes que todos diseñamos al iniciar el año, van desde sencillos y prácticos hasta unos más complejos y onerosos. Al inicio del año siempre nace la intención de emprender en algo que siempre ha estado relegado y que el nuevo ciclo es propicio para ponerlo en práctica.
Es común escuchar en muchas personas frases como: sacrifícate, trabaja duro, acepta tu destino, sé feliz; y sí, tienen razón porque nada en la vida, que valga la pena viene fácil. El pasado, siempre será la experiencia que llevemos para mejorar nuestro presente y perfeccionar el futuro.
También es común escuchar que el nuevo año no tiene que ser diferente, sino que, quien marca la diferencia es uno mismo, y también tienen mucha razón. Este año, los efectos de la pandemia y la resiliencia vivida deben enrumbarnos en la consecución de los objetivos que hayamos definido para la vida, no para este año, porque en doce meses, habrá pasado y quizá sigamos igual o peor, frustrados o satisfechos, no sabemos; la meta última y sublime será ser felices en el camino.
Las habilidades, los conocimientos, las actitudes y los comportamientos que forman parte de la zona de confort que los mortales tenemos, deben convertirse en estrategia para aprender, ampliar o mejorar la zona de aprendizaje, enriquecer nuestros puntos de vista y modificar nuestros hábitos.
Dentro de nosotros existe esa zona mágica donde todo lo pensable se convierte en realidad con cosas maravillosas. Es muy importante descubrir nuestra zona mágica, porque les aseguro que es allí donde se albergan nuestros sentimientos más nobles e impulsan el motor para trabajar en nuestros objetivos. Que el 2021, sea el inicio de la excitante carrera por vivir siempre en la zona mágica en todo lo que hagamos.