Un debate para construir

Las discusiones presidenciales, son una contienda ritualizada que supone un desafío. Los escudos son las ideas, cuando las hay, las palabras, los gestos, la entonación de la voz, la forma de estar vestidos, el peinado, los colores y adornos que utilizan. Todo eso trasmite un mensaje al contendor y a quien mira y está llamando a opinar y tomar partido por uno u otro de los adversarios. Casi todos rememoramos debates políticos épicos, donde un gesto, una mirada, unas cuantas ideas, dieron vuelta resultados.

En este cara a cara presidencial, de ideas y debates, hay ganadores y perdedores, es poco común que haya discusiones empatadas. Sobre todo, si los candidatos son muchos. En general, los combatientes están sentados frente a frente, para poder desafiar al otro. Quien controla o dirige un debate debe alimentarse de lo que se dice y e ir reformulando cuestionamientos a partir de los contenidos, para saber en que hay coincidencias o diferencias entre sí los rivales…y para que estos comunicen aquello que evaden, ocultan o simplemente reconozcan no saber.

Este cara a cara, debe de manifestar quién está mejor preparado y educado en los temas que se abordan. Al pueblo, no le interesa quién insulta más, hace peores gestos o recuerda las letras de una canción. Es muy bajo dinamitar siempre al oponente y las instituciones, pues se absolutizan posiciones o creencias.

Lo que está viviendo Estados Unidos es un espejo inquietante de lo que sucede con menos testigos en muchas partes. El pueblo se polariza de forma extrema o se destiende en una apatía generalizada porque no se respeta a nada ni nadie.

Es inviable, debatir sin tener tiempo para exponer una propuesta, de lo contrario solo se anuncia algo sin conocer cuál es el contenido real del ofrecimiento. Es algo así como leer el título de un libro, en este caso de misterio… ¿Qué pasará? Por eso hasta el momento no hemos asistido a debates sino a foros.

Hasta entonces, ¿qué quiere conocer nuestro pueblo, estando claros que es una minoría que los escucha y ve? El resto se alimenta y contenta de comentarios y memes en las redes sociales.

Se necesita conocer el plan o proyecto que tiene el candidato, que liderará por los próximos cuatro años, un trabajo que está al servicio de todos los ciudadanos, no solo de un partido o sus allegados. Y qué postura pone o trasmite en aquello que quiere a hacer. Urge conocer cómo, con quienes y en que tiempo llevarán a cabo sus propuestas. Porque el país no empieza con ellos, pero ellos sí pueden terminar con el país…y dentro de ese proyecto de diversas aristas, cuál es el núcleo de la propuesta, lo que consideran prioritario dadas las condiciones de nuestro país, la región y el mundo….

Es importante conocer qué alianzas construirá, porque nadie puede solo con su grupo sacar adelante un país que emerge de un desastre colectivo. La capacidad de lograr acuerdos será importante dada la multiplicidad de candidaturas en un país quebrado.

Gabriel Quiñónez Díaz

[email protected]