Política y el sesgo de confirmación

El pasado 31 de diciembre inició la campaña para las próximas elecciones presidenciales. Con ello, empezaron las discusiones con nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo sobre temas políticos. Las discusiones, en algunos casos, se agudizan al punto de romper lazos de amistad. Todos y cada uno creemos que apoyamos y defendemos al candidato o partido político ideal. No dudamos en defender nuestra opinión con argumentos que, a nuestro parecer, son irrefutables e inequívocos. Recabamos todo tipo de información, buscamos noticias, datos, encuestas, lo que sea para apoyar nuestro parecer y sentir. Es justo aquí en donde entra en juego el sesgo de confirmación

El sesgo de confirmación se da, parafraseando al gran Francis Bacon, cuando, una vez que una persona ha adoptado una visión particular, venerará únicamente aquellas ideas que refuercen su validez. De esta manera, leemos el periódico, escucharemos al presentador, seguiremos a la persona en redes sociales, que más acorde esté a nuestros ideales. Todo lo que esté en contra a nuestras ideas lo desdeñamos e, incluso, lo tachamos de falso.

Las redes sociales saben muy bien esto último. En sus algoritmos está el enseñarnos contenido acorde a nuestros gustos, ideas o preferencias para llamar nuestra atención. Es así cómo se crean las burbujas ideológicas en donde todo lo que vemos por redes sociales es acorde a nuestra opinión, encerrándonos, así, en una burbuja carente de autocrítica y totalmente arbitraria.

Toca tomar muy en cuenta todo lo aquí mencionado en nuestra próxima discusión con algún allegado sobre temas políticos. Seguramente, no acepten nuestro punto de vista pese a toda la evidencias y datos que les mostremos. Se encuentran sesgadas, al igual que todos. Pero en lo que sí podemos estar de acuerdo, es que la política no debe ser un causante de enemistad.

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