Trinos

‘Trinos’ es la traducción al castellano de la palabra ‘twitter’ que identifica a la red social nacida en 2006 para el envío de mensajes cortos, hasta de 140 caracteres. Cuenta hoy con más de 330 millones de usuarios activos mensuales, y ha revolucionado el mundo de los medios de comunicación.

Fueron ‘trinos’ de esperanza los que entre 2010 y 2012 conmovieron al mundo, cuando los pueblos árabes reclamaron mayor democracia y libertad, por redes sociales. La manipulación de intereses geopolíticos convirtió esos ‘trinos’ en lamentos de dolor y frustración, especialmente en Siria y Libia, por las guerras fratricidas que ocasionaron cientos de miles de muertos y refugiados.

‘Trinos’ de rebeldía del Movimiento San Isidro, un grupo contestatario de artistas, académicos y periodistas cubanos, reclamando mayores libertades para el arte, sacudieron al mundo, pero no a sus gobernantes, empeñados en sostener su anacrónico régimen político.

‘Trinos’ convertidos en proclamas, enviados por el expresidente Donald Trump a sus cerca de 88 millones de seguidores, en ésta su red preferida, fueron los que inflamaron los ánimos de quienes asaltaron el Capitolio, convencidos de un fraude electoral inexistente, ocasionando daño irreparable a la democracia norteamericana.

Y en Ecuador, inmerso en un nuevo proceso eleccionario, igual que en ocasiones anteriores, los ‘trinos’ se han convertido en instrumento de demagogia, calumnias y degradación del debate político, utilizando fuerzas de choque digital empleadas en campañas de desinformación, en las que vale todo para alcanzar el poder y asegurarse los halagos del servilismo y el aprovechamiento impune de los recursos públicos.

Frente a los excesos del presidente Trump, Twitter, Facebook e Instagram, cerraron sus cuentas, con el argumento de ‘la incitación a la violencia’, pero al hacerlo, reavivaron un debate indispensable sobre quién debería ostentar el poder de censura para decidir qué puede decirse y qué no en las redes. Por el impacto de los medios digitales en la forma de gestionar y ejercer el poder, amplios sectores democráticos reclaman la urgencia de un sistema de gobernanza de las redes inclusivo, participativo y abierto a todos los actores de la sociedad.