Kamala Harris

“Soy negra y tengo orgullo de ello”. A Kamala le dicen “de color” en Estados Unidos. Su nombre tiene raíces sánscritas de la mitología hindú por la procedencia de su madre. Su padre nació en Jamaica y es profesor de economía en la Universidad de Stanford.

A sus 58 años (nacida en California) logra la Vicepresidencia del país más poderoso del mundo. Proviene de una familia de migrantes que se han desarrollado en la salud (cáncer), la academia y la diplomacia. Sus viajes a Chennai y su religiosidad con la iglesia bautista (estaba en el coro con su hermana menor) y con el templo hindu le contagiaron de multiculturalismo. Sus estudios de economía y política le permitieron llegar a la senaduría por el partido Demócrata, a las Fiscalía del distrito de Los Ángeles y a la Fiscalía de San Francisco en defensa de los derechos sociales y civiles.

Kamala Harris fue la primera mujer afroamericana y la primera sudasiática estadounidense en ocupar el cargo de Fiscal General en la historia del Estado. Harris comenzó la iniciativa ‘Back On Track’: un programa de reinserción para delincuentes no violentos sin antecedentes criminales. Los participantes de la iniciativa se declararon culpables a cambio de un aplazamiento de la sentencia y comparecencias regulares ante un juez durante un año. La protección a los migrantes fue sagrada para la senadora durante la presidencia de Donald Trump. Ya en 2008, el diario The New York Times nombraba a Harris como potencial candidata para convertirse en Presidenta de Estados Unidos. El presidente electo, Joe Biden, no tiene intenciones de ser reelecto.

El asesinato policial de Floyd es parte de los antecedentes que la han abanderado como una mujer norteamericana singular contra el racismo y la xenofobia de Norteamérica. Biden y Harris gobernarán un país con la mayor cantidad de muertos por el Covid-19, con el 40% de estadounidenses que afirman que hubo fraude electoral en la campaña presidencial y con un presidente saliente que no ha sido firme en aceptar su derrota electoral. El asalto al Capitolio ha sido considerado como un Golpe de Estado.

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