Se acerca la fecha

En el recorrido de la vida hemos palpado el ir y venir de las personas, los dolores y necesidades unos más cruentos que otros; sentido la alegría de vivir mucho tiempo y compartir con los seres los momentos que se han ligado en llantos y alegrías, sentir que tenemos el don de dar sin esperar recompensa a cambio, sólo vasta ser útil para consolidar el buen camino de encontrarnos con la humanidad que requiere el trato justo, amigable y servicial. La vida continúa para quienes aún quedamos en medio de desafueros, pandemia, zozobra, vicisitudes, esperanza y dolor en espera de la luz esplendorosa de mejores días para encontrar lo perdido y añorado, atesorar la apreciada felicidad donde reine la paz, el respeto.

Se acerca la fecha decisiva de plasmar en las urnas la paciencia cual árbol de raíces amargas pero de dulces frutos; los ecuatorianos hemos esperado el cambio urgente en la conducción del país, rumbo incierto pero que con el tiempo aprendemos que esperar es de sabios y que bien conviene la demora en mayor tiempo que a las apuradas.

Pronto dejaremos de escuchar expresiones y ruidos del quehacer político que desmotivan y demuestran la falta de dos virtudes o poderes: la humildad y la sencillez, haciendo la vida insoportable y hundiéndose la mayoría de los hombres. OJO: hombres civilizados, hay que saber deponer un orgullo insensato revestido de pasiones y faltos de dominio; saber recibir con humildad todo ataque del prójimo, es virtud que llena de tranquilidad y beatitud el corazón y de armonía la vida, recordando que nadie es imprescindible en esta vida.

Como votantes en estas elecciones recordemos que la sencillez es el secreto de la vida feliz y sana, siendo sencillos tenemos la garantía de no estorbar en su vida a los demás, en la generosidad de la tolerancia que nos permita ver la contienda eleccionaria necesaria y reconocer al prójimo el derecho a las opiniones y peculiaridades que le sean propias.