La batalla de Don Mario

¿Qué cómo fue aquello señora?, interroga en su inspiración el poeta cubano Ovideo Rincón, y a renglón seguido escribe: ¡como son las cosas cuando son del alma!; yo completaría aquel verso diciendo: ¡como son las cosas cuando son de Dios! Así se sintió el fallo del señor Juez Constitucional del Cantón Ibarra, cuando acepta y califica en audiencia la Acción de Protección de Derechos a favor del ciudadano con discapacidad Mario Guerrón, dictamen justo y con mano inconmovible. Diáfano el magistrado impartió enseñanza de derechos humanos, y más allá de exhortar a los actores y representantes del alegato, llegó al alma humana, y apegado a los mandatos constitucionales dispuso medidas cautelares a favor del lesionado.

Es el desenlace al caso de Vulneración de Derechos que sufrió el señor Mario Guerrón, desalojado de su lugar de trabajo que por más de doce años cumplió en las baterías sanitarias del Mercado Amazonas de Ibarra, único sustento para mantener a su familia integrada incluso con una hija con síndrome de Down. El impedimento al lugar de trabajo fue violento, se colocaron cadenas y candados, hecho que no conmovió a la primera autoridad del cantón, ni a quienes dicen ser beneficiarios de un comodato acordado entre asociaciones del mercado y la municipalidad, pero causa para que los violentados sientan el agobio, abatimiento y derramaran lágrimas que les arrinconaron a la indefensión.

Es de admirar la tutela de Marcela Paredes de la agrupación Acción Ciudadana, quien como defensora de los Derechos Humanos, hizo suyos los combates, asistió a la Defensoría del Pueblo solicitando el arbitraje, petición que llegó hasta la Alcaldesa, concejales, Gobernación, Jefatura Política, Consejo de Protección de Derechos, más la desidia de sus representantes, precisaron recurrir a la instancia de un Juez Constitucional.

Ninguna institución administrativa dio importancia a la gravedad que entraña la vulneración de derechos, el afectado y su familia sintieron la solidaridad de Laura Vallejo, María Otavalo, Esmeralda Cadena, la FEDIM, y amigos que rezaron y confiaron en la Justicia y que aspiran se cumpla la restitución del trabajo y las disculpas de la Alcaldesa.