La distribución de las vacunas

Las vacunas contra el coronavirus llegaron. Ocho mil dosis de la farmacéutica Pfizer fueron las elegidas para empezar la inmunización masiva que genere una máxima protección en la población y así poder mermar los casos de Covid-19. La fase 0 se cumple y no está exenta de polémicas, auspiciadas por el señor ministro de salud Juan Carlos Zevallos. Desde antes de que llegaran, él mencionó que los primeros a quienes se vacunarían serían los más vulnerables, o sea adultos mayores que vivan en centros gerontológicos y personal sanitario que atienda directamente a personas enfermas con Covid-19 independientemente de la gravedad, es decir a los profesionales de primera línea, con excepción de aquellos que ya tuvieron la enfermedad porque se supone deben tener los suficientes anticuerpos (inmunidad) que les permita esperar hasta las siguientes fases. Otra aclaración es que no se permitirá a que empresas privadas o instituciones sanitarias privadas o gobiernos autónomos compren las vacunas, el Estado asumiría toda esa responsabilidad.

La realidad es tangible, la lucha por las vacunas se está convirtiendo en una pelea a gran escala, en donde los países con mayores posibilidades económicas están acaparando el mayor número de vacunas para inmunizar a sus compatriotas. Esto se ve en las amenazas dirigidas por la comunidad europea a la empresa farmacéutica Aztrazeneca por no cumplir con las dosis pactadas a esta fecha. Ante estos escenarios, la inmunización a la mayoría de los ecuatorianos se torna cuesta arriba.

El ministro otorgó vacunación a su mamá en un centro gerontológico privado y muchos de los vacunados ni siquiera tuvieron contacto con enfermos. Esto a propósito de la responsable de comunicación del hospital Carlos Andrade Marín. Luego de esto, el ministro Zevallos dijo que sería contraproducente mezquinarle la segunda dosis, desde ahí él dejo abierto el paraguas y se adelantó, a sabiendas de lo que tenía programado hacer, esto es vacunar a su mamá y a gente del centro privado como se vio en imágenes.

No estoy de acuerdo que se vacune personas que no están en contacto directo con enfermos sobre todo graves, independientemente de que hayan tenido la enfermedad, es más se los debió tener en primera línea para vacunación,es indignante que posgradistas fueran desechados de los primeros a recibir la vacuna. Somos demasiados centralistas, muy estatistas, permitan que empresas privadas y gobiernos autónomos gestionen las vacunas, así alcanzaremos un número mayor de vacunados en menos corto tiempo.

Luis Coello

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