Miseria y explotación sexual

La pandemia incrementó el número de víctimas de trata de seres humanos y, en América del Sur, el 64% de ellas son mujeres y niñas que se utilizarán en el creciente negocio internacional de explotación sexual.

Preocupa no solo la invisibilidad del tema en el debate nacional, sino la poca difusión de las acciones que toman las autoridades para enfrentar este problema que no solo es social, sino que implica fuertes lazos con redes de crimen organizado y carteles de narcotráfico que, sabemos, operan a sus anchas en el país.

El Informe anual sobre la Trata de personas, elaborado por la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, detalla cómo la pandemia exaservó la explotación sexual, ensañandose -como en otros aspectos- con mujeres y niñas. Ya entre 2016 y 2018, la explotación sexual en sudamérica aumentó del 58% al 64% de las víctimas de tráfico humano.

Existe una relación directa entre el PIB por habitante y la vulnerabilidad de las ciudadanas. Venezuela, que ostenta el segundo PIB per cápita más bajo del hemisferio y cuya situación se ha deteriorado en la última década, es evidencia de esta relación perversa.

El ingreso por habitante de Ecuador, en el puesto 21 de 32 en el ranking del FMI en las Américas, y roza los $6.200 ($516 mensuales), pone al país en una situación vulnerable, por el brutal desempleo, deficiente acceso a la educación y limitadas oportunidades a futuro.

Es una realidad por demás cercana; mujeres y niños con frecuencia desaparecen de todos los rincones del país, para nunca ser encontrados. Las alertas y causas son claras, la prevención empieza por la educación y el empleo.

Los grandes eventos no hacen al héroe o al coberte, solo lo sacan a la luz.”
Brooke Foss Westcott (1825-1901)
Teólogo y obispo británico.

No sobrevive la especie más fuerte ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio.”
Charles Darwin (1809-1882)
Naturalista y biólogo inglés.