Segunda vuelta: entre la negociación política y la demagogia

Candidatos. Arauz aseguró su lugar en la segunda vuelta, a la espera de conocer si será contra Lasso o Pérez.

Los dos finalistas deben hacer propuestas más concretas y buscar acercamientos con los candidatos que no lograron pasar. El riesgo es que se profundice el populismo.

La segunda vuelta en el país ya es un hecho. Sin embargo, se espera conocer, oficialmente, al candidato que acompañe al representante del correísmo, Andrés Arauz, en la papeleta que se pondrá frente a los ecuatorianos el 11 de abril.

El paso a segunda vuelta de Andrés Arauz, podría ser junto a Guillermo Lasso, candidato de CREO, o Yaku Pérez, de Pachakutik, quienes hasta el último reporte de las autoridades electorales (22:00) tenían un margen muy estrecho de votos, del 19,46% y el 19,15%, respectivamente.

Santiago Basabe, docente universitario y politólogo, explicó que Arauz llegó cerca del tope de su votación. “Creo que ese 35% a 36% es la votación del correísmo y se ha mantenido estable a lo largo del tiempo”.

16 candidatos se inscribieron para la Presidencia, de los cuales 12 no llegan ni al 5% de la votación. Sin embargo, de cara a las votaciones definitivas de abril próximo, dijo que le costará mucho más crecer. Pero, para Basabe, un gran porcentaje del electorado se decantará finalmente por el candidato que sea más más hábil en la negociación política y la búsqueda de acuerdos.

“Eso requerirá que tengan posiciones muy concretas y transparentes sobre temas importantes como el acuerdo comercial con Estados Unidos, el financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la posición frente al Gobierno de Venezuela, aborto y violencia de género, entre otros”, explicó.

Pedro Donoso, analista político, recalcó que el fortalecimiento con los candidatos que no pasaron a la segunda vuelta, deberá ser tomado mucho en cuenta a la hora de construir nuevos mensajes para la siguiente etapa de las elecciones.

Riesgo de aumentar el discurso populista

Las estrategias para el nuevo balotaje de abril deben tener muy presente que, según varios estudios y sondeos, 9 de cada 10 ecuatorianos es pesimista con el presente del país; y, 7 de cada 10 piensa lo mismo sobre el futuro.

“Eso provoca que la demagogia sea moneda de cambio y no sea patrimonio de ninguna candidatura”, aseguró Pedro Donoso, analista político.

En ese contexto, la mayor tentación es la profundización de las ofertas populista para encandilar a los electores con soluciones fáciles para salir de la crisis. Esas propuestas pueden ganar elecciones, pero a mediano y largo plazo crearán más frustración porque no son realistas.

Por eso, en la segunda vuelta, según los expertos, tanto la sociedad civil como los medios deben ser más exigentes en propiciar un debate donde Arauz y el otro candidato se vean obligados a responder cuatro preguntas sobre cada uno de sus principales ofrecimientos: qué, cómo, para qué y con quién.

Poca madurez política y dispersión

Ecuador sigue siendo un país con poca madurez política, que busca un ‘outsider’ y vota de manera pasional. Todo eso provoca que las preferencias se dispersen en primera vuelta.

“Persiste una fuerte demagogia anti política, donde seduce el que dice: voten por mí, pero yo no soy político. Eso es bastante absurdo. Es como que el cirujano te diga que te va a operar, pero no es médico. Necesitamos la profesionalización de los políticos”, acotó el analista político Pedro Donoso.

Con ese panorama, Saudia Levoyer, docente universitaria y periodista, se preguntó cómo van a hacer los dos finalistas para convencer a los casi 4 millones de ecuatorianos que no votaron por ellos.

Comentó que se deben buscar estrategias para romper la dinámica populista y que el ecuatoriano haga conciencia que las soluciones son a mediano plazo, que se debe pensar en la próxima década. “El futuro Gobierno tendrá que administrar la pobreza”.

De acuerdo con Donoso, el Gobierno de Lenín Moreno jugará un papel decisivo. Cada decisión errada que cometa va a ser capitalizar por el correísmo y provocará un ambiente de ingobernabilidad que arrastra al electorado hacia el populismo.

Votos no válidos y el ausentismo jugarán un rol importante

Germán Rojas, experto en matemática electoral, plantea una hipótesis frente al panorama electoral.

Menciona que en caso de que el 20% de los votantes anule o deje en blanco la papeleta, un binomio presidencial puede ser escogido en primera vuelta si alcanza el 32% de los votos totales (incluyendo los nulos y blancos) y quien le sigue tiene menos del 24%: “Ni siquiera la tercera parte de los electores ya elegiría a un Presidente. Esto porque en vez de que la mayoría absoluta sea en función del total de votos, se la calcula del total de lo que se conoce como votos válidos”.

Así, dice Rojas, el 32% de los votos totales equivale al 40% de los válidos (una de las condiciones para que un binomio gane en primera vuelta). Y la diferencia de 10 puntos respecto del segundo (la otra condición para ganar en primera vuelta) baja a 8 puntos si se calcula en función del total de los votos.

De ahí la explicación de que votar nulo o blanco implica un apoyo inconsciente al binomio que quede en primer lugar. A esto habría que aumentarle el ausentismo del casi 18%

Conteo a boca de urna ponía a Lasso y Arauz en siguiente fase

Según los resultados preliminares, de las encuestadoras autorizadas para los conteos a boca de urna o ‘exit poll’, tras concluir la jornada electoral y el cierre de las urnas a las 17:00, Andrés Arauz era el primer finalista con un 36,2% de votos, con Guillermo Lasso en segundo lugar, con 21,7%.

Entre las que primero entregaron sus resultados, la encuestadora Clima Social dio el 36,20% a Andrés Arauz y 21,70% a Guillermo Lasso; mientras que Cedatos dio cifras del 34,94% para Arauz y del 20,99% para Lasso. Sin embargo, los datos oficiales, presentados hasta la noche de ayer, muestran a Yaku Pérez sobre el porcentaje de Lasso.

Las encuestas preliminares se hacen a boca de urna y la diferencia con el trabajo del Consejo Nacional Electoral (CNE), es que ellos escanean las actas y con base en ese conteo se entrega resultados. Es decir, los porcentajes del organismo electoral son con actas reales y no simuladas.

 

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