Desigualdades

Generalmente los pueblos se conforman con la existencia de la necesidad insatisfecha y el hambre, para eso aprendieron a vivir con la ‘resignación cristiana’ impuesta por los conquistadores, aunque en ocasiones se cansan de tantas insoportables miserias e injusticias sociales, hasta que maduran y llegan los tiempos de las rebeliones, revueltas, protestas.

Entonces, los gobernantes y tiranos tiemblan, en ocasiones huyen despavoridos y en otras reprimen a los pueblos a balazos, sangre derramada a cántaros y muertos que se pueden convertir en “cruces sobre el agua”, en fosas comunes, en tumbas colectivas y anónimas; pero los pueblos deciden seguir en la lucha, organizan resistencias, quieren paz, pero con justicia.

No cabe duda: la lucha de los pueblos fructificará en redenciones de justicia social que termine con las desigualdades de siglos de ignominia. La libertad debe convertirse en ejercicio real y práctico, los derechos humanos en realización plena y cotidiana, las necesidades básicas siempre satisfechas: alimentación, salud, educación, vivienda, trabajo con salarios dignos.

“La desigualdad social es un problema que afecta el bienestar socioeconómico de los ciudadanos de un Estado, comunidad o país. Las desigualdades sociales están íntimamente relacionadas con las injusticias sociales y en los casos más extremos resultan ser una violación contra los derechos humanos”, afirma el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre Desarrollo Humano, titulado ‘Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI’.

¿Qué espera el Ecuador en el futuro inmediato, si es que tiene futuro? La crisis ahonda las desigualdades que acabarían con la ‘paz social’.