Computadas a la fecha el 97,91 % de las actas, ya tenemos resultados, con evidente sorpresa, la votación impresionante de Yaku con 19,86%, coherente y, legítima, en virtud de haber ganado en la sierra central, en el oriente, y una votación significativa en toda la costa ecuatoriana, determina que es el candidato triunfador; ninguno de los participantes, ni siquiera Arauz, ha tenido una votación con presencia trinfadora en toda la Sierra central, Oriente, y, con votación importante en la Costa; a diferencia, el señor Lasso solamente le gana a Yaku en cuatro provincias: Esmeraldas, Los Rios Manabí, y Pichincha, donde saca 25%, ganándole incluso al candidato Arauz.
Por qué pasa Yaku a la segunda vuelta; los ecuatorianos, que no votaron por Arauz que pasan del 68% de la población, rechazan al candidato que representa al correísmo, rechazan la corrupción, el robo, el abuso, y por otra parte, Guayas le niega el voto a Lasso, toda la Sierra central la Amazonía, Loja y la gran mayoria de la costa ecuatoriana, en virtud de que no queremos al candidato que representa la bancocracia, que ha estado con los gobiernos desde Mahuad con su feriado bancario, y con el actual gobierno, y en fin porque el pueblo no puede confiar en quien tienes intereses en conflicto, entre los grandes negocios bancarios y los intereses del Estado. Esa es la explicación, para que el pueblo, representado por la clase media, trabajadores, jóvenes, madres de familia, hayan decido su voto por un ciudadano impoluto, con formación académica, de tercer y cuarto grado universitario, hombre de familia, ha criado a sus dos hijas solo, una vez que su esposa fallece, cultor de la música, defensor del medioambiente; su campaña la ha realizado susamente austera, recorriendo calles y plazas en una bicicleta, con un saxofón y su ideas puesta a la vista, con argumentos en contra de la corrupción, cuidado del medioambiente, principalmente del agua, como elemento indispensable para la vida, en contra del estractivismo salvaje que lo único que deja es destrozos y daños irreparables para los ríos y medioambiente, reparto equitativo de la riqueza, sueldos justos para los trabajadores; por sus frutos los conoceréis.
Joffre Daza Quiñónez