Tiempo de reencuentro

Los últimos resultados del proceso electoral demuestran que los políticos están desconectados de la realidad nacional. Una contienda que finaliza con el candidato del correísmo apropiado de la pura mentira política frente a la incertidumbre de ser engullidos por una trama de fraude después de unas reñidas votaciones para escoger al segundo binomio. Hasta ahora, sin entender la compleja diversidad cultural ni valorar la historia de nuestros pueblos ancestrales, ni acoger lo que somos en el mestizaje. Sin desentrañar el pasado cercano ni recuperar la razón de todos nuestros orígenes y la proyección hacia al futuro.

Un país con una mitad de electores jóvenes que sintieron y crecieron en medio de la propaganda del correísmo autoritario y corrupto. Ellos convivieron un período de manipulación constante de textos escolares, lavado de cerebros y un adoctrinamiento silencioso. Otro gran pedazo del padrón electoral le resta legitimidad al proceso eleccionario en sí, a través del voto nulo y se añade la inserción desproporcionada de extranjeros. Un hecho que aumentaría el rechazo al Consejo Nacional Electoral lo suficiente en el balotaje final al constatar los frustrados acuerdos de Carnaval.

Al parecer, hay una gran preocupación nacional sobre la conservación ambiental; y muchos rechazan el consumismo burdo y la acumulación de capital inclemente. De ahí las movilizaciones de indígenas anunciadas que inciden en las emociones de los ciudadanos antes de llegar a las urnas. Es decir, hay un alto grado de des-gobernanza porque no se ceden posiciones que pueden acentuar las diferencias por la falta de consensos en el país. Anotemos los bajos niveles de solidaridad y el escaso cooperativismo para enfrentar la pandemia.

Las desdichas y desventuras del alcalde de Quito, que administra la ciudad sin brújula y con un grillete en su pie por sus deudas ante la justicia, son otro referente de inconformidad y preocupación ciudadana. Un componente más de una era de confusión, miedo, impunidad y fraudes. Desde el sobreprecio en medicamentos y fundas de cadáveres hasta la importación de pruebas fallidas para detectar el Covid-19. La lentitud de la llegada de vacunas confirma una ampliación del período de crisis sanitaria y demora en la reactivación económica. Con este escenario, acoger nuestra historia, aceptarnos en la diversidad, construye una sana y sólida identidad que abre el camino.

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