Horror penitenciario

Desgarradoras imágenes circularon ayer, distribuidas por los perpetradores de los monstruosos asesinatos de al menos 72 personas en tres cárceles del país. La sangrienta jornada sin precedentes en nuestra historia republicana, mostró amotinamientos orquestados y cuidadosamente planificados que demuestran que mafias y sus secuaces controlan las cárceles.

El Servicio Nacional de Atención Integral para las Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), entidad pública que pese al pomposo nombre no lograba asegurar el control de las cárceles hasta la noche de ayer, denunció un 70% de déficit de guías penitenciarios. El dato no es nuevo, como tampoco el terror que se vive dentro.

Quien haya ingresado alguna vez a una cárcel sabe que no hay artículo que no pase por la mirada o el tacto de un guía penitenciario. Adentro, la realidad es otra: los reos manejan las llaves de celdas y pabellones, pero el libre ingreso de armas (ayer se usaron hasta motosierras), drogas y alcohol es responsabilidad directa de guías, policías y, finalmente, de un Estado totalmente negligente.

Lo de ayer puede ser un abrebocas ante hechos aún más sanguinarios y despiadados; es también un grito de ayuda. El Estado debe responder y dete el ingreso de armas y sustancias ilícitas a las cárceles. Solo entonces podrá proveer un verdadero servicio de asistencia psiquiátrica, rehabilitación social y reinserción laboral que mitigue -en cierta medida- el daño que, como sociedad, nos estamos causando.

Debemos detectar lo que agrava la salud mental en nuestra sociedad, hablar de ello y encontrar las causas. Sanam Saeed (1985- ) Artista y actriz paquistaní

Cuando la norma es la decencia, florece la integridad, compasión, bondad y confianza.” Raja Krishnamoorthi (1973- ) Político de origen indio.