Agua y petróleo

Sin estrategia y planes de mediano plazo podemos encaminarnos a un incierto destino. El barril de petróleo está en 60 dólares, en tanto el barril de agua embotellada fluctúa entre 58 y 72 dólares, de acuerdo al envase. Esto explica su cotización en bolsa, el metro cúbico de agua potable bordea los 50 centavos.

Las reservas de agua del país son tan valiosas como otros recursos, pero sin plan para administrarla no lograremos beneficio colectivo. El agua emana de vertientes naturales de los Andes, especialmente de algunas cuencas como la del Cotopaxi, cuyos flujos bajo tierra afloran a kilómetros o relativamente cerca, depende cada caso.

Con una estrategia científico-técnica estaríamos en posibilidad de aprovechar los recursos de forma óptima, no con una estructura anárquica sin supervisión adecuada que, debido al cruce de intereses, afecta a todos.

En pocos años el petróleo perderá valor, en función de las energías limpias que tratan de salvar un planeta en riesgo. Bill Gates anuncia que, “más grave que la pandemia es el cambio del clima”, atestigua claramente lo que ocurre en Texas, quizá estamos a tiempo de administrar bien los recursos naturales y protegernos, tomándose en cuenta que las zonas ecuatoriales tienen más riesgos que el resto del planeta, con fenómenos de radiación que se acentuarán mucho más.

El agua no puede ser privada, es la fuente de la vida y de la producción alimentaria; de ahí la necesidad y la importancia de una rigurosa legislación para el manejo de los recursos hídricos y demás: petróleo, oro, cobre, etc. El precio del barril de agua embotellada demuestra su valor actual, que puede ser especulativo si se compara con agua de la llave, la diferencia es el beneficio social y de salud que brinda este recurso, según las capacidades del usuario.