En 14 de las 24 provincias de Ecuador menos del 30% de la población adulta accede a un crédito formal

REALIDAD. Los emprendedores y microempresarios, sobre todo jóvenes, son los más afectados por la falta de crédito.
REALIDAD. Los emprendedores y microempresarios, sobre todo jóvenes, son los más afectados por la falta de crédito.

El acceso al crédito es todavía escaso en el país, pero existen diferencias radicales entre provincias. En Pichincha, por ejemplo, el 46% de los adultos acceden a crédito, mientras solo lo hace el 12% en Guayas.

Aunque el 71% de los adultos en Ecuador poseen una cuenta de ahorro y la utiliza frecuentemente, solo el 31% en promedio accede a crédito.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio titulado ‘La Inclusión Financiera en Ecuador’, elaborado por la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD).

“Un porcentaje reducido de personas pueden acceder a crédito para incrementar su negocio o para comprar bienes duraderos como casas o vehículos”, puntualiza el informe.

Esto frena de manera considerable la inversión y el consumo en una economía como la ecuatoriana, que está cumpliendo una década pérdida en términos de crecimiento.

No solo que el crédito es escaso, sino que se concentra en pocas provincias.

El 86% de los depósitos se concentran en 7 provincias y el 70% de los créditos se agrupan en 6. Guayas es una de las provincias más afectadas, debido a que solo el 12% de sus habitantes en edad adulta puede acceder a una operación crediticia.

En el otro extremo, en provincias como Pichincha, el porcentaje de adultos que accede al crédito llega al 46%, es decir, casi cuatro veces más que en Guayas.

“Esto indica que la profundización de los ahorros y los créditos aún es escasa y los niveles de concentración no solo se dan de manera geográfica sino también en pocas personas” apunta la RFD.

En Esmeraldas, que ha sido azotada por la informalidad y la delincuencia durante los últimos años, el acceso al crédito apenas llega al 14%.

El porcentaje de acceso a financiamiento, a través de bancos y cooperativas, no supera el 30% en 14 de las 24 provincias del país. Además de los ejemplos ya mencionados, en este grupo se incluye todo el resto de las provincias de la Costa, Galápagos; y provincias de la Sierra como Loja y Cañar, entre otras.

Solo en 10 provincias, el acceso al crédito supera el 30% de la población adulta.

“El crédito es la sangre en las venas de una economía. Si su acceso escasea, la economía se estanca y no se podrá reducir los niveles de pobreza y de falta de empleo. Se necesita un cambio profundo en el sistema político que establece los techos a las tasas de interés, entre otras reformas para cambiar la situación”, analizó Carla Romero, economista e investigadora en temas de inclusión financiera.

Los jóvenes son los que menos acceden al crédito en Ecuador

Según el estudio de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo, que incluye a 53 instituciones con actividad en el sector del microcrédito entre bancos, cooperativas, oenegés, el porcentaje de jóvenes de hasta 30 años que accede a crédito es del 18,3%.

Ese porcentaje es dos veces menor al 43,8% que acceden a financiamiento entre los 31 y 45 años. Mientras, en el grupo entre 46 y 69 años, el acceso al crédito llega al 34,6%.

Así, los jóvenes son los más excluídos de una economía que no da muchas oportunidades de empleo formal; pero que tampoco ofrece facilidades para emprender y prosperar con un negocio propio.

Aunque ha aumentado el crédito a los de 30 años o menos, todavía llega a pocos.

Gracias al crédito, no solo pueden invertir y crecer los negocios; sino que también los hogares pueden mantener e incrementar sus niveles de consumo, a pesar de que sus ingresos y la economía en general se vieron afectados.

Esta es una de las conclusiones más interesantes del estudio ‘La Deuda de los ecuatorianos: ¿una carga difícil de llevar?’, realizado por la Red de Instituciones Financieras del Ecuador (RDF); con el apoyo de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y Equifax.

El crédito debería ser una política prioritaria en el Ecuador, concluyó Romero. (JS)

Revisar el sistema de tasas es el primer paso para mejorar el acceso al crédito

Dentro del reciente acuerdo de financiamiento firmado entre el Gobierno de Daniel Noboa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se incluye el compromiso de revisar el actual sistema de tasas de interés, que excluye a la mayoría del crédito.

En concreto, hasta marzo de 2025, se deben identificar los principales pilares o líneas maestras de una reforma al sistema de techos de tasas de interés, que ha golpeado sobre todo a la concesión de microcréditos.

Este compromiso con el FMI se hace público pocos días después que Angelo Caputi, presidente del directorio de Banco de Guayaquil, haya dicho a través de su cuenta de X lo siguiente: “Sin tintes políticos, el país debería ponerse como meta incrementar el número de personas y empresas que acceden a financiamiento, siguiendo los principios de mercado y protegiendo el dinero de los depositantes”.

El economista Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, ha ensayado una respuesta al problema del crédito en Ecuador. Según su criterio, la escasez de capital en la subdesarrollada economía ecuatoriana se puede subsanar mediante el acceso al ahorro internacional (que es abundante en las economías desarrolladas).

Para esto, además de cambiar radicalmente el sistema de tasas de interés, se debe eliminar el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD); modernizar la legislación (bajo estándares internacionales) tanto del sistema financiero como del mercado de valores.

Desde un punto de vista liberal, se necesita una ley bancaria sencilla y flexible que permita que los ecuatorianos tengan acceso a tasas de interés más bajas y créditos de mayor volumen. Asimismo, se deben simplificar las regulaciones financieras, eliminar toda restricción e impuestos sobre los movimientos de capitales y adoptar un sistema tributario territorial, esto es que solo se tribute aquella renta generada en el territorio nacional.

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