La baja competencia produce ecuatorianos con bajos ingresos y pocas oportunidades de empleo formal

PRODUCCIÓN. La actividad productiva en Ecuador está estancada por falta de competencia.
PRODUCCIÓN. La actividad productiva en Ecuador está estancada por falta de competencia.

Precios clave de la economía regulados desde el Estado, desde combustibles hasta tasas de interés, cuotas de importación, empresas públicas ineficientes, entre otras trabas, impiden la competencia en Ecuador.

En los últimos informes Globales de Competitividad, Ecuador ocupa una baja posición en términos de competencia interna (puesto 123 entre 141 países analizados), dominio de mercado (puestos 118) y servicios de competencia (puesto 98).

Se ha identificado que más de un tercio de las empresas manufactureras operan en mercados altamente concentrados.

Competir en el mercado interno ecuatoriano es complejo y caro. El resultado final es una economía poco productiva, con barreras para la entrada de nuevos competidores, bajos ingresos, escaso crecimiento económico y pocas oportunidades de empleo formal.

Economía hiper regulada en Ecuador es igual a poca competencia

Según el indicador de regulación del mercado de productos (PMR, por sus siglas en inglés) de la OCDE y del Banco Mundial (BM), Ecuador es el mercado más restrictivamente regulado entre sus países pares.

De acuerdo con el informe del BM, titulado ‘Ecuador: Crecimiento resiliente para un futuro mejor’, las empresas nacionales están protegidas de la competencia extranjera mediante requisitos de contenido nacional, participación reservada en licitaciones públicas y barreras a la Inversión Extranjera Directa (IED).

Esto a pesar de que existen evidencias de que la competencia extranjera impulsa la productividad y el crecimiento económico.

“Ecuador carece de tratados bilaterales de inversión y de doble imposición y su normativa de contratación pública no exhibe neutralidad competitiva. La competencia también se ve obstaculizada por la onerosa regulación de todas las actividades empresariales”, puntualiza el Banco Mundial.

Asimismo, la producción también se ve afectada por la política a través de cuotas de importación, los compromisos de absorción agrícola (compras públicas) o las actividades de las empresas estatales.

A todo esto, se suma que el precio de varios bienes y servicios profesionales está regulado.

Como ejemplo, se cita el subsidio al precio de los combustibles. Por eso, en el recientemente aprobado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno de Daniel Noboa se ha comprometido a reducir ese subsidio (que cuesta más de $3.000 millones al año) desde este 2024.

Otros precios regulados y que golpean la competencia son las tasas de interés (techos establecidos desde la política) y precios mínimos de productos agrícolas.

En el caso de las tasas de interés, en el nuevo acuerdo se establece la meta de que, hasta marzo de 2025, y con apoyo del FMI, se debe identificar los principales pilares o líneas maestras de una reforma al sistema de techos de tasas de interés, el cual actualmente excluye del crédito a una parte de los ecuatorianos.

En varias ocasiones, Alberto Acosta Burneo, economista y editor de Análisis Semanal, ha puntualizado que, a través de normas, reglamentos, acuerdos ministeriales, requisitos técnicos, entre otros, se impide la competencia y se provocan ineficiencias en Ecuador.

Sin una fuerte institucionalidad de control de la competencia en Ecuador

De acuerdo con el Banco Mundial, la Superintendencia de Control del Poder de Mercado (SCPM) es una de las menos independientes de la región, solamente superada por Bolivia, Jamaica, Colombia y Argentina.

Su presupuesto depende del Gobierno Central, lo que la expone a recortes presupuestarios que provocan una elevada rotación de personal y vacantes sin cubrir.

Como consecuencia, las prácticas anticompetitivas, como la fijación de precios o el abuso de posición dominante, no se enfrentan a una amenaza creíble de control y los reguladores del sector fijan precios que no reflejan los costos (por ejemplo, la electricidad).

Asimismo, Ecuador no cuenta con una normativa sobre lobbies ni con reglas para romper los conflictos de intereses o guiar la interacción entre los funcionarios públicos y los grupos de interés.

Ineficientes empresas públicas traban la competencia en Ecuador

Ecuador debe revisar el papel de las Empresas Públicas (EP), sobre todo en los sectores competitivos (petróleo, electricidad, telecomunicaciones).

El Banco Mundial recomienda que las actividades que operan en régimen de monopolio legal (ejemplo Petroecuador) pueden desagregarse, de modo que algunos segmentos puedan abrirse a la competencia privada a mediano plazo.

“En el sector público, sobre todo en los sectores estratégicos, se ve claramente cómo se impide la competencia, y solo por excepción se permite la participación privada. El resultado son empresas ineficientes y corruptas como Flopec”, ha dicho Acosta Burneo.

A la par de cambios estructurales en las EP, se requieren medidas complementarias: Eliminar regulaciones para emprendimientos y desregular los precios; simplificación de los procedimientos para empresas nuevas, incluyendo la introducción de ventanillas únicas a corto plazo; modificación del Código de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización para normalizar los procedimientos de concesión de licencias a medio plazo.

Más apertura comercial es igual a más competencia en Ecuador

Como primer paso, Ecuador debería considerar la apertura de sus mercados de insumos. Es decir, reducir las trabas y regulaciones que limitan la importación de productos claves para la producción.

A la par se debe seguir avanzando con más acuerdos comerciales. El acceso preferencial de los productos agrícolas ecuatorianos a los mercados extranjeros todavía es limitado.

Solamente se han firmado y ratificado los acuerdos comerciales integrales con Costa Rica y China; pero Ecuador sigue en desventaja frente a los 22 de Chile, los 13 de Perú y los 8 de Colombia.

A la par, el Banco Mundial recomienda que Pro Ecuador colabore con otros ministerios y entidades públicas, como BanEcuador y la Corporación Financiera Nacional (CFN), para mejorar la diversificación de las exportaciones y la tasa de supervivencia de los nuevos exportadores. (JS)

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