Diferencias entre Daniel Noboa y la vicepresidente Verónica Abad crecen sin explicaciones

EQUIVOCACIÓN. Varias voces advierten al mandatario que hay un manejo errado de sus acciones ante su compañera de fórmula.
EQUIVOCACIÓN. Varias voces advierten al mandatario que hay un manejo errado de sus acciones ante su compañera de fórmula.

Los gestos y las formas de Daniel Noboa son calificados como un error en el manejo de la crisis interna del binomio presidencial. Las organizaciones feministas no se han manifestado.

El deterioro de las relaciones entre el presidente Daniel Noboa y su vicepresidenta Verónica Abad avanza. El martes 26 de diciembre se registró un nuevo gesto por parte del mandatario, quien firmó un decreto en el que dispone la eliminación de la seguridad que la Casa Militar debería brindar a su binomio en el extranjero.

La vicepresidenta Abad ocupa en la actualidad el cargo de embajadora plenipotenciaria de Ecuador en Israel y se encuentra radicada en Tel Aviv; hasta el momento no ha reaccionado oficialmente a la decisión presidencial.

Abad tan solo subió un estado en su WhatsApp haciendo referencia al salmo 27:2: “Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron”, completando el mensaje con una frase: “Peleamos la buena batalla”.

Todo indica que las relaciones del binomio presidencial se encuentran en un punto muerto.

La aparente animadversión del Presidente en contra de su Vicepresidenta llama la atención, en primer lugar, porque no existe un motivo “conocido”; y en segundo lugar, porque tendría el objetivo de cansarla y hacerla renunciar.

Gestos y formas

Los gestos no han sido pocos; durante la campaña electoral fue enviada a hacer campaña fuera del país y luego el entonces candidato emitió un documento donde especificaba las funciones de la Vicepresidenta en caso de su victoria. Tras el triunfo, Abad recibió pocas invitaciones para la ceremonia de juramentación y no fue invitada a la recepción en Carondelet, hecho que la llevó a celebrar junto a los vendedores del mercado de Iñaquito, en la capital.

Noboa decretó, en su segundo día de gobierno, las funciones de la Vicepresidenta; la designó “Colaboradora por la Paz entre Israel y Hamas”, pero días después fue aclarada su función y designada embajadora plenipotenciaria ante Israel.

Siguió un decreto donde se requirió su presencia en la embajada en Tel Aviv el domingo 10 de diciembre, el mismo día en el que sería posesionado el presidente de Argentina, Javier Milei, con quien Abad mantiene una relación de cercanía por su pensamiento “libertario”.

Tras su llegada a Tel Aviv y la entrega de sus credenciales ante sus autoridades, los últimos gestos presidenciales fueron la reestructuración de la Vicepresidencia, la eliminación del personal de seguridad y una resolución en la que se establece que será la Cancillería la encargada de designar a los funcionarios en la embajada.

Tanto para la asesora comunicacional Grace Jiménez como para el analista político Pablo Guerrero Martínez, las formas utilizadas por el mandatario son erróneas.

“Me parece que no se están cuidando las formas; es decir, se está permitiendo que los medios de comunicación digitales pongan la narrativa que se le está quitando la seguridad, pero no hay un trasfondo, no hay un ¿por qué?”, detalló Jiménez.

Por su parte, Guerrero precisa que “el Gobierno ha dado una indebida atención y tratamiento al tema con la Vicepresidenta. Le han condenado al ostracismo, la han alejado del Ecuador para que el pueblo se olvide de ella; sin embargo, eso no opera hoy, porque los medios digitales nos permiten visualizar lo que ocurre”.

Agenda propia castigada

Para la académica y consultora comunicacional Grace Jiménez, lo que sucede con la vicepresidente Verónica Abad es parte de los desafíos que deben enfrentar las mujeres que alcanzan puestos políticos importantes.

Detalló que “en la comunicación política siempre hay un celo ante las mujeres; desde la consultoría política con enfoque de género, siempre se critica más a la mujer que al hombre si el personaje tiene posiciones, posturas o acciones diferentes a las del presidente. Por ejemplo, si fuera el expresidente (Alfredo) Borrero, no habría tanta atención como lo hay con una mujer vicepresidenta”.

Acotó que una mujer es criticada incluso por miembros de su mismo partido político, en el momento que deja ver que maneja una agenda propia. Jiménez agregó que, en un país como Ecuador, donde la figura del vicepresidente no tiene una función específica, “si no tienes funciones, es obvio que como autoridad tengas una agenda propia; mucho más si tiene intereses políticos. Entonces, te critican porque quieres ser la número uno, porque tienes mayor visibilidad, o mejor discurso y te sabotean”.

¿Feminismo a la carta?

 La consultora comunicacional y activista en políticas de género acotó que aunque observa que Abad ha cometido errores y no está aprovechando la oportunidad, “es una mujer que se mostraba tal y como es, y es incómoda para ciertos sectores”.

Advirtió que Abad, “de hecho, no tiene el apoyo hoy de las organizaciones de mujeres, porque ella se ha declarado Provida y se ha declarado en contra de las feministas; se ha declarado en contra de los derechos de las mujeres; solo por esa razón. Si no, hoy seguramente estaría estableciendo el colectivo de mujeres un planteamiento a favor de Verónica Abad”.

A su juicio, a pesar de tener todo en contra,está cumpliendo, en medida de lo que puede, las funciones designadas en medio de esta crisis política e interna que está viviendo”. (ILS)

Rectificación presidencial

 Por su parte, el académico y analista político Pablo Guerrero Martínez estima que el presidente Daniel Noboa debe rectificar su accionar en contra de la vicepresidenta Abad y en otros temas políticos como su alianza con la Revolución Ciudadana y el Partido Social Cristiano, hechos que lo alejan de la base que le dio el triunfo electoral.

“Ella fue fundamental para que él gane; esperemos que recapacite como debe recapacitar en otros temas como el entendimiento con correístas y socialcristianos, hoy vinculados a este caso ‘Metástasis’. Es un error lo que hizo el presidente con la vicepresidenta Abad”, sentenció.

Y advirtió que esta separación podría abrir el espacio para que Abad se convierta en alguien que “puede vertebrar una segunda línea que recupere la coherencia del voto y de la base social del apoyo que lo llevó a Carondelet. No nos olvidemos que llegó con un voto de todos los anticorreístas”.

Para Guerrero, uno de los grandes desafíos que tiene la vicepresidenta Abad es “sí se convierte en ese liderazgo que está esperando el pueblo ecuatoriano o se queda en el ostracismo, aceptando esta circunstancia”.