Ecuador se quedó sin luz por una falla en la línea de transmisión, dice el Ministro de Energía

La AMT activó a 580 agentes, que trabajan en la gestión del tránsito en todo Quito.

Se registraron apagones en todo Ecuador. El Ministro de Energía se pronunció al respecto y explicó que una falla en una línea de transmisión produjo un efecto cascada y terminó en un apagón masivo e imprevisto. El servicio se ha ido restableciendo en el  país, luego de tres horas del apagón, pero en Quito y Guayaquil están en el 50%. (Noticia actualizada a las 18:30, con declaraciones del ministro Roberto Luque)

En medio de la crisis eléctrica que todavía no tiene una solución definitiva, la tarde de este 19 de junio de 2024 se produjo, a partir de las 15:15, un corte masivo e imprevisto de luz en varios sectores de Quito y a lo largo de todo el país.

En Quito, por ejemplo, se reportar cortes de luz en Iñaquito, Eloy Alfaro, Mena 2, Clemente Ballén, la Pradera, Amagasí y San Isidro de El Inca, Tumbaco, Cumbayá, entre muchos otros.

El Ministro de Energía y Minas encargado, Roberto Luque, indicó en su cuenta de X, que el corte a nivel nacional se dio por «una falla en la línea de transmisión que ocasionó una desconexión en cascada, por lo que no hay servicio energético a escala nacional. Estamos concentrando todos nuestros esfuerzos en resolver el problema lo más rápido»

La falla se produjo en la línea de conexión eléctrica Milagro- Zhoray (256 megavatios), que forma parte del anillo de 230.000 voltios que conecta a todo el territorio nacional. Por eso, su salida de operación produjo que de sobrecargaran y dejaran de operar otras líneas y todo desembocara finalmente en un apagón masivo que no se había visto en últimos ocho años en Ecuador.

Luque aseguró, durante una rueda de prensa en Guayaquil, aseguró que «se hará una exhaustiva investigación de lo sucedido»

Asimismo, el Ministro reconoció que el apagón masivo es una muestra más de la crisis que persiste en el sector eléctrico, tanto por falta de inversión y mantenimiento en generación como en transmisión.

Luque dijo que el apagón masivo ocurrido es un «evento raro» y que existe «1% de posibilidad de que se repita». El Ministro recalcó que si volviera ha ocurrir serían despedidos todos los funcionarios responsables.

En gran parte del país, alrededor de tres horas después de iniciado el apagón masivo, se comenzó a reestablecer el servicio poco a poco; pero Luque advirtió que en Guayaquil, para un restablecimiento al 100%, se necesitan entre 3 y 4 horas más porque las termoeléctricas de la zona demoran en volver a operar.

En días pasados, las fuertes lluvias habían provocado problemas de sedimentos en la Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, que llegó a paralizarse por completo, e inundaciones en el cuarto de máquinas de otras centrales hidroeléctricas como Agoyán.

El ministro de Energía y Minas encargado, Roberto Luque, había asegurado que la situación estaba bajo control y que se iba a monitorear el sistema eléctrico para evitar cortes imprevistos. Sin embargo, eso no se cumplió.

Las recientes salidas de operación de Coca Codo Sinclair y Agoyán podría haber sido uno de los factores fundamentales que generó inestabilidad en las líneas de transmisión y terminó en el apagón masivo.

Varias veces durante la rueda de prensa, Luque repitió que el apagón nacional ocurrido es una consecuencia de la falta de inversión en transmisión eléctrica. Añadió que se ha creado un comité de emergencia para tratar la situación energética del país.

Luque dijo que el apagón masivo se pudo haber evitado si se cumplían con los planes de inversión y de compra de protectores que llevan muchos años en el papel. El Ministro aseguró que esos planes datan de 2004.

Sin cambios estructurales la crisis eléctrica irá de mal en peor

El sistema eléctrico ecuatoriano tiene problemas por todos lados, desde hidroeléctricas con fallas estructurales y paralizaciones crecientes como Coca Codo Sinclair, una casi nula inversión para aumentar la generación de electricidad durante los últimos 7 años, hasta un sistema de transmisión sin todos los mantenimientos necesarios y tampoco inversiones.

Desde octubre de 2023 hasta diciembre de 2024 se registraron apagones diarios durante la etapa final del Gobierno de Guillermo Lasso y el inicio del Gobierno de Daniel Noboa. Se anunciaron contrataciones de energía adicional (barcazas o soluciones termoeléctricas en tierra); pero todos los procesos licitatorios se cayeron.

El aumento de las lluvias llegó al rescate y los caudales de los hidroeléctricas aumentaron y a finales de febrero de 2024, la ex ministra de Energía, Andrea Arrobo, y el presidente Noboa anunciaron con bombos y platillos que su gestión había dado el resultado de un país libre de apagones.

Sin embargo, como analizó LA HORA, lo que realmente pasó es que llovió más y por un tiempo todo pareció solucionado; pero, más allá de la aprobación de la llamada «Ley no más apagones», no se hizo nada de fondo para solucionar los problemas del sector eléctrico.

El cielo comenzó a fallar desde marzo y la sequía se hizo profunda en abril. Por eso, a pocos días de la consulta popular, el Gobierno de Noboa tuvo que anunciar apagones desde hasta 8 a 9 horas al días, denunciar sabotaje interno, sacar del cargo a Arrobo y poner como super ministro, a cargo tanto de Transporte y Obras Públicas como Energía y Minas, a Roberto Luque.

Otra vez, el aumento de las lluvias, y la reactivación de las importaciones de energía desde Colombia, hicieron que los apagones sean cada vez más cortos y que se terminaran suspendiendo; pero los problemas estructurales siguen ahí.

El pasado fin de semana y el lunes 17 de junio de 2024, el Gobierno anunció varias veces que habrían apagones, salieron cronogramas de cortes desde las empresas de distribución; luego se descartaron y se volvieron a confirmar varias veces. En esa ocasión la causa esgrimida por las autoridades fue que el exceso de lluvias había colapsado tres hidroeléctricas, entre ellas Coca Codo Sinclair; pero luego se aseguró que todo estaba bajo control.

El último capítulo, sin embargo, se dio el pasado 19 de junio con un apagón masivo a nivel nacional, y otra vez imprevisto, con la excusa de fallas en el sistema de transmisión.

Ante este escenario, Alberto Acosta Burneo, economista y editor de Análisis Semanal, hizo la siguiente reflexión: «Los apagones no terminan. ¿Solución? Abandonar el estatismo que creó el monopolio público en electricidad y abrir la puerta la inversión privada. ¿Qué esperan para este cambio estructural?»

LA HORA ya ha analizado cómo desde la misma constitución se traba a la inversión privada, sobre todo en los sectores llamados estratégicos como electricidad, petróleo, minería, entre otros.

El sistema eléctrica falla por todos lados, y las contrataciones emergentes de energía adicional, que se viene esperando desde finales de 2023, podrían demorar al menos tres meses más.

Jorge Luis Hidalgo, gerente mánager de GreenPower Internacional y consultor empresarial, recalcó que toda nuestra infraestructura está obsoleta.

«Por un estornudo nos da neumonía. Fruto de un país regalón en subsidios eléctricos a grandes industriales y mineras. Y no tenemos recursos para hacer una fuerte inversión en actualización de nuestra infraestructura», apuntó Hidalgo.

Por su parte, Sebastián Hurtado, presidente y fundador de Prófitas, que es una firma de consultoría en el análisis y la gestión del riesgo político en Ecuador, dijo, lo siguiente en tono irónico sobre la ineficiencia del Estado ecuatoriano y los apagones: «Pon un desierto en manos del Estado -ecuatoriano- y pronto habrá escasez de arena».

Cada hora de apagón cuesta $12 millones

Durante los largos apagones programados de abril de 2024, el ministro Luque dijo que se había calculado pérdidas económicas en el país de $12 millones de dólares por cada hora sin el servicio de energía eléctrica.

Los apagones imprevistos profundizan el golpe económico porque sorprende a los negocios, fabricas y empresas en plena operación y sin posibilidad de reprogramar temas en marcha.

Además, a esto se suman los inconvenientes y retrasos que se provocan por fallas en sistemas de transporte como el Metro en Quito o el tranvía en Cuenca; incluso se produjeron cortes en el servicios de agua en varios puntos de ciudades como Quito.

Otro efecto negativos de los cortes de luz son las intermitencias en servicios de entidades públicas como el Servicio de Rentas Internas (SRI) y en la conectividad móvil.

¿Por qué la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair dejó de operar?