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En el tercer día de juicio por el asesinato de Fernando Villavicencio, el jefe de seguridad relató lo que pasó el 9 de agosto de 2023 y los pocos recursos con los que contaban para proteger al entonces candidato presidencial. «Yo estoy vivo de milagro», dijo el capitán de la Policía quien agregó que los equipos de inteligencia no le daban detalles sobre el riesgo de vida del también periodista.
Este 1 de julio de 2024, Cristian David C., jefe de la cápsula de seguridad de Fernando Villavicencio, relató lo que vivió el 9 de agosto de 2024, cuando ocurrió el asesinato del candidato presidencial.
El capitán de la Policía y miembro de la Dirección Nacional de Protección relató que desde 2022 se le asignó la seguridad de Fernando Villavicencio. «Para mí era un honor haber estado junto a una persona tan correcta y recta», señaló.
La fiscal del caso, Ana Hidalgo, le pidió que cuente lo que pasó el día del magnicidio.
‘Los disparos venía de todas partes’, relató el jefe de seguridad de Fernando Villavicencio
A las 11:30 del 9 de agosto de 2023, el Capitán recogió a Villavicencio en el aeropuerto de Quito, pues había cumplido agenda en Guayaquil. Lo llevó hasta su casa y a las 14:30 volvió a recogerlo para llevarlo a un restaurante en la avenida Colón, norte de Quito. Ahí, Villavicencio tuvo una reunión con dos mujeres y Pablo O., de su equipo de comunicación. Al salir de ese lugar fueron hasta el colegio donde se realizó el mitin político donde había entre 800 y 1000 personas.
A las 18:00 acabó el evento y «escuché a una persona que decía ‘sácalo’. Ahí no había detonaciones, pero para mí fue particular, se me quedaron grabados esos gritos».
Al ingresar a Fernando Villavicencio en la camioneta, el Capitán oyó las detonaciones. «Reduje silueta y saqué mi pistola, pero los disparos llegaron de todas partes«.
Después, el jefe de seguridad ingresó a la camioneta y le dijo a Villavicencio «nos atacaron, resista». Avanzaron, en contravía, a una clínica cercana y una mujer de «no sé si doctora o enfermera» le dijo que el candidato aún tenía signos vitales.
Entonces, el Capitán de la Policía le dijo al guardia de la clínica que volverían a «rematarlos» y que pida al ECU 911 refuerzos. Horas más tarde, un médico le informó que Villavicencio había muerto. «Yo estaba en shock, no podía hablar, ni responder. Llegó Criminalística y nos preguntó si disparamos, dije que sí, y nos pidió a mí y a toda la cápsula las armas de dotación».
La cápsula de seguridad tenía pocos recursos para proteger a Fernando Villavicencio
El riesgo de muerte de Fernando Villavicencio, según su esposa Verónica Sarauz, era del 93%. Pese a eso, la cápsula de seguridad estaba conformada por solo cinco personas: jefe de seguridad, un sargento y tres cabos. De hecho, dos personas habían renunciado a la cápsula de seguridad por falta de recursos ya que la movilización era autofinanciada.
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El Capitán de la Policía también dijo que la camioneta en la que se movilizaba el candidato no contaba con la seguridad para contener las balas. Agregó también que los servicios de inteligencia no le entraban informes sobre amenazas. Además, dijo que solicitó a la Dirección Nacional de Protección, armas largas para resguardar a Villavicencio y no fue hasta el 10 de agosto de 2023 –un día después del asesinato– que le llamaron a decir que recoja las armas. «Pero no las recogí, ya no era necesario».
También indicó que vía mensaje de texto, le solicitó al general César Zapata, actual comandante general de la Policía, que se le asigne un equipo táctico, de inteligencia y para servicios urbanos para que los acompañen a todos los lugares donde vaya Villavicencio, pero no se tramitó.
«A mi nadie me tomó en serio. Yo solicitaba, suplicaba, pero nadie me hizo caso», dijo el Capitán, cuando le preguntaron sobre los requerimientos que hizo a sus inmediatos superiores sobre dotación y logística para proteger al periodista y político. (AVV)