Metro de Quito debe dejar de ser botín político para solucionar problemas que ponen en riesgo hasta su funcionamiento

El metro empezó a operar comercialmente en diciembre del 2023.
El metro empezó a operar comercialmente en diciembre del 2023.

La reciente renuncia de Hugo Villacrés, gerente del Metro de Quito, ha dejado al sistema de transporte sin liderazgo, exacerbando problemas como la falta de mantenimiento, seguridad y la integración tarifaria.

El Metro de Quito ha experimentado un aumento en el número de usuarios, pero este crecimiento ha venido acompañado de problemas operativos que han generado preocupación entre los usuarios y autoridades.

La falta de contratación de mantenimiento, insuficiencia en la ventilación, problemas de seguridad y vandalismo son algunos de los desafíos que enfrenta este sistema de transporte. Además, se ha reportado un atraso en el pago de sueldos y aún no se ha implementado la integración tarifaria ni un sistema integrado de movilidad para optimizar los pasajes y evitar el subsidio.

La situación se ha complicado aún más con la reciente renuncia del gerente del Metro de Quito, Hugo Villacrés, quien confirmó su dimisión el viernes 7 de junio. Esta salida despierta las dudas sobre quién asumirá el liderazgo del sistema de transporte.

Para entender mejor los retos futuros y el perfil ideal para el nuevo gerente, consultamos a Alejandra Onofa, experta en movilidad y sistemas de metro, y a dos exgerentes del Metro de Quito, Mauricio Anderson y Edison Yánez.

El perfil ideal para el nuevo gerente del Metro de Quito

Alejandra Onofa enfatiza que el nuevo gerente debe poseer un perfil ejecutivo y gerencial sólido. «No necesita venir del área técnica o financiera, pero debe comunicarse efectivamente con todos los sectores: el alcalde, el operador, los usuarios y los posibles financistas», explica Onofa.

“La estabilidad en el liderazgo es crucial”, enfatizó Onofa, señalando que los periodos de progreso significativo en el proyecto del Metro de Quito han coincidido con liderazgos sostenidos. Desde 2010 hasta 2023, los momentos de avance han estado asociados con un liderazgo continuo. Onofa advierte que las etapas con liderazgos itinerantes han causado problemas que ahora son visibles.

Edison Yanez, exgerente del metro, añade que el nuevo gerente debe tener experiencia en proyectos de transporte y movilidad. «El metro está diseñado para 400.000 viajes diarios, pero actualmente solo maneja 133.000, lo que incrementa el costo del subsidio», menciona Yanez. La eficiencia en el uso del sistema es crucial para reducir estos.

Yanez también señala que el nuevo gerente necesitará respaldo político; además de formación técnica. «La experiencia y el apoyo político son vitales para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento del metro,» comenta Yanez.

Mauricio Anderson, por su parte, insiste en la necesidad de mantener la estabilidad y evitar que el metro se convierta en un botín político. «La administración debe ser técnica, no política. La estabilidad a largo plazo es fundamental”, dice Anderson, citando ejemplos exitosos en Santiago, Panamá y São Paulo.

Además, Anderson subraya la importancia de una buena relación con las entidades de control, como la Contraloría. «El nuevo gerente debe administrar correctamente los contratos y mantener un ambiente de confianza y seguridad”, explica.

El próximo gerente del Metro de Quito debe ser, ante todo, un buen administrador con un conocimiento profundo del negocio ferroviario urbano y subterráneo, con experiencia en movilidad y la capacidad de manejar este tipo de negocio de manera eficiente y técnica, coinciden.

Problemas a los que se enfrenta el próximo gerente del metro

Para Onofa, entre los desafíos más urgentes que el nuevo gerente deberá abordar se encuentra la gestión del mantenimiento y la ampliación del sistema. La especialista comenta que la próxima administración deberá gestionar el financiamiento, la construcción y la integración de nuevas líneas de metro, implicando un conocimiento profundo de la gestión

Además, Onofa insiste en que el nuevo gerente debe evitar que la empresa se convierta en un botín político. “El mayor reto es mantener la institucionalidad del Metro de Quito para que el sistema pueda seguir respondiendo y creciendo según las necesidades de los usuarios”, afirma.

Finalmente, Onofa resalta que, para consolidar el sistema y garantizar su crecimiento, es vital que el nuevo gerente no responda a intereses políticos y tenga un perfil claramente gerencial. “Es indispensable articular a todos los actores y mantener la estabilidad en la administración para que el Metro de Quito pueda avanzar de manera efectiva”, concluye.

Según Yanez, los principales desafíos que deberá enfrentar el próximo gerente resalta la importancia del mantenimiento de la infraestructura del metro como el problema más crítico a resolver de inmediato.

Asegura que aunque la preocupación pública se centra en los trenes vandalizados o dañados, el verdadero riesgo está en la infraestructura esencial del sistema. «La gente se preocupa por los trenes, pero lo realmente crítico es la infraestructura, como la catenaria, el sistema de señalización ferroviaria y el sistema de telecomunicaciones. Si uno de estos sistemas falla, el metro se detendría completamente”, explicó.

Yanez advirtió que sin el mantenimiento adecuado, el sistema podría enfrentar paros significativos en un plazo de cuatro a seis meses. La falta de mantenimiento podría llevar a un «punto sin retorno,» donde la reparación se vuelva urgente y costosa.

Además del mantenimiento, Yanez subraya la necesidad de corregir problemas contractuales y de normativa. «Se requiere un grupo de expertos en sistemas ferroviarios, pero la normativa municipal impide pagarles salarios competitivos, ya que nadie puede ganar más que el alcalde», indicó Yanez.

Para Anderson, «tenemos varios problemas que últimamente se han ventilado, que posiblemente motivaron la renuncia de Villacrés. Estos incluyen el mantenimiento, la ventilación, la seguridad y los vagones”.

La falta de un gerente al frente del metro, aunque temporal, podría generar inestabilidad en el mediano y largo plazo. Anderson señala que, a corto plazo, los contratos vigentes con los operadores deben asegurar el cumplimiento de las obligaciones. Sin embargo, en el largo plazo, la ausencia de liderazgo estable puede afectar la relación con los contratistas y la calidad del servicio. (EC)

En abril, 142.359 mil personas usaron diariamente el metro, mientras que en mayo fueron 147.688
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