Quito fue tomada por los “pichirilos” en el Día Internacional del Escarabajo

Casi 90 pichirilos hicieron un recorrido por las calles de la capital. Foto: DLH

Durante la jornada del sábado 22 de junio más de 60 pichirilos recorrieron la Av. Simón Bolívar y varias avenidas de Quito en una nueva conmemoración del Día Mundial del Escarabajo.

Hay pasiones que no pueden ocultarse y este sábado 22 de junio, la avenida Simón Bolívar y varias avenidas y calles principales de la capital fueron tomadas por los amantes de los “pichirilos” o el eterno escarabajo de la Volkswagen.

La historia de este clásico vehículo, se remonta al 22 de junio de 1934, cuando el canciller alemán, Adolf Hitler, firmó el primer contrato para la fabricación de este vehículo familiar que se apoderó del mundo y se convirtió en el ícono de una época.

El histórico modelo, de origen germano, fue un encargo del régimen Nazi al ingeniero Ferdinand Porsche, que tenía la misión de diseñar un coche económico, espacioso y capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora.

Por su parte, los primeros escarabajos llegaron al Ecuador en la década de los 50 y no se detuvo hasta el fin de su fabricación en el año 2003.

La pasión por estos vehículos cada día suma nuevos seguidores y como lo explica Luis Astudillo, representante de “Importadora Don Astu” y organizador de la “Rodada” de este sábado, “es una familia que sigue creciendo cada día en Ecuador, pero sobre todo en la capital”.

Distintas versiones del «pichirilo» llenaron de color la Av. Simón Bolívar. Foto: DLH

Los escarabajos o beetle han sido un modelo versátil y en sus distintas versiones, su original diseño y su fácil mecánica ha permitido a los amantes de estos vehículos estrechar lazos para su mantenimiento y cuidado.

“La comunidad de los clásicos, siempre a la cabeza con el escarabajo, el bochito o el pichirilo ha venido creciendo cada vez más. Aquí, en el Ecuador, desde hace unos 15 años la gente se ha unido. Nosotros no tenemos un club, nos manejamos como una empresa y más allá como una familia”, puntualizó Astudillo.

Detalló que en Ecuador hay varios clubes, tanto en Guayaquil, Quito, Cuenca, Ambato, Manabí, “hay en muchas otras ciudades del país, pero la comunidad más grande está aquí en Quito”, dijo.

Recorriendo las calles de Quito

Luis Astudillo precisó que en la jornada sabatina casi logran una convocatoria de 90 vehículos, superando las expectativas de la planificación, teniendo en cuenta que la convocatoria se realizó a través de las redes sociales y grupos de WhatsApp de la comunidad.

Llegamos a los 90 vehículos, casi 100 autos. Yo sinceramente esperaba unos 50 autos. Por eso me tocó salir a la carrera a buscar ciertas cosas. Así es esta pasión, así es esta familia”, relató.

El clásico sigue vivo en la capital. Foto: Importadora Astudillo

Apuntó que la idea de conmemorar el Día Mundial del Escarabajo surgió en Estados Unidos y se ha ido extendiendo a lo largo del mundo.

“Después de la novedad y de lo que se hizo en los Estados Unidos, los otros países fueron también organizándose, le siguió México, que es un país que tiene una comunidad muy grande también de pichirilos. Ellos fueron también fabricantes del famoso escarabajo y hasta la fecha, los mantienen como taxis turísticos en sus pueblos”, dijo.

El escarabajo en Ecuador

Astudillo advirtió que al Ecuador estos vehículos comenzaron a llegar el siglo pasado en la década de los 50.

Desde 1955 llegaron los primeros. La versión Split que venía de un escarabajo con dos vidrios atrás, es decir, no era un solo parabrisas, sino que venían dos vidrios en el parabrisas de atrás”, detalló.

El especialista en pichirilos reconoció que “yo anteriormente decía que vinieron hasta el año 99, pero un día un funcionario de una distribuidora me comentó que ellos importaron seis escarabajos del año 2003, que fueron los últimos que se hicieron en México, en Puebla. Sé que esos autos están guardados, porque no los he visto rodando aquí”.

Paciencia es la principal recomendación para quienes se inician en el mundo del Escarabajo. Foto: Cortesía

Convención de los pichirilos este 2024 será en Ibarra

Astudillo puntualizó que en el país desde hace 12 años se viene desarrollando una convención de la comunidad de propietarios de este clásico de carretera.

Recordó que el año pasado 2023 como ya es tradicional se desarrolló en Quito durante el feriado del día de los difuntos y para este 2024 harán lo propio pero la localidad será Ibarra.

Explicó que la convención no es sólo la reunión de los dueños de los vehículos que asisten, sino que se realizan competencias sobre cuál está en mejor estado, la recuperación del vehículo, hasta la repotenciación para hacerlos competir en las carreteras.

Comunidad Volkswagen: “Camaradería y amistad”

Dentro de la nutrida comunidad se pudo observar la camaradería y el orgullo de formar parte de una familia diferente.

Al conversar con Jerry, uno de los asistentes a la jornada, le precisó a LA HORA que ya contaba con 15 años en el grupo. “Tengo unos 15 años en este mundo del Volkswagen. Hemos compartido mucho con la familia Volkswagen y, de hecho, cada 22 de junio hacemos siempre una rodada especial, pero este año creo que ha sido la más grande que hemos tenido”, sentenció.

Quiteños conmemoraron un año más de este clásico de las carreteras. Foto: Cortesía

Explicó que es un grupo sólido, “somos bastante unidos, cada vez buscamos mejorar nuestro carro y tenerlos en mejor estado de lo que eran hace unos cinco años, la onda Volkswagen está mejorando cada año” apuntó.

Al consultarle, cuál era el objetivo de mantener un clásico, si dejarlo original o modifícalo explicó que “hay gustos de todo aquí. Hay gente que los repotencia, les modifican, otros se van por la línea más retro y mantienen al carro lo más original posible. Pero la onda va siempre a mantener la originalidad. Eso inclusive les da más valor a los vehículos”, señaló Jerry.

Recomiendan paciencia para iniciar

Por su parte, Raúl Larena, orgulloso propietario de un Volkswagen Safari 1975, manifestó su complacencia por poder poseer un clásico del automovilismo.

Larena apuntó que su Safari “originalmente era de mi padre y en mis manos ya tiene unos 28 años, por lo menos, lo he cuidado mucho. El pobre también ha sufrido sus accidentes porque se me incendió una vez, pero luché de nuevo, lo restauré, y lo tenemos paseando por todo el país”.

Larenas destacó además que “es muy bonito compartir, cada quien tiene ideas diferentes de reparar sus carros o de repotenciarlos, cada uno invierte de acuerdo a su bolsillo, no se necesita tener mucho, ni poco, pero si algo que evite que el carro se vaya deteriorando, eso es lo importante”.

Raúl Larenas fue más allá y recomendó tener paciencia a quienes se inician en este mundo del “pichirilo”. Destacó que “todo depende de qué tanta paciencia se tenga, porque a uno le puede tomar, qué sé yo, diez años, en poner un auto a punto, como te puede tomar unos seis meses”.

Acotó que le tomó 10 años reconstruir un Volkswagen hecho de tubos, “un Dumbaghi me tomó 10 años para tenerlo listo, porque o no tenía dinero o no tenía tiempo, tuve que unir las dos”. (ILS)

 

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