La operación del helicóptero de los bomberos de Quito ya ha permitido que se salven cinco vidas

El helicóptero bomberil es una herramienta para la prevención y combate de incendios y otras emergencias.

En apenas siete minutos puede atravesar la ciudad y llegar a sitios de difícil acceso como quebradas y montañas. Estas son solo dos de las ventajas que ofrece la primera aeronave bomberil del país que entró en funcionamiento en marzo y ya está en la primera línea de trabajo de prevención de incendios forestales.

En solo cuatro meses de trabajo, la aeronave ha participado en decenas de emergencias y permitido salvar la vida de cinco personas. También se la ha utilizado para evacuar a personal militar en la Amazonía y para rescatar a un parapentista que se cayó en las laderas de Lloa.

‘Augusta A109K2’, que se adquirió por 2 millones de dólares es el equipo más costoso que tiene el Cuerpo de Bomberos de Quito para su labor diaria de prevención y respuesta de incendios en los 52 kilómetros de área urbana de la ciudad y de los sectores rurales de las 33 parroquias que conforman el Distrito.

Cada hora de operación de la aeronave de fabricación italiana es de 3.500 dólares aproximadamente, de acuerdo con datos oficiales. “El precio de la vida no tiene precio”, señala el comandante del Cuerpo de Bomberos de Quito, Eber Arroyo.

Operación

El helicóptero opera desde la estación ubicada en el interior del parque Bicentenario, donde hay un equipo integrado por cuatro pilotos, dos empleados administrativos y un operador de seguridad y servicios. Este grupo integra la Dirección de Operaciones Aéreas Bomberiles.

El capitán Jorge Porras, quien forjó su trayectoria profesional en la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), destaca las características y capacidades de la nave para sobrevolar montañas hasta una altura de 4.500 metros, es decir para atender emergencias y rescates en la geografía quiteña.

Pese a que es la única aeronave de su tipo en Ecuador y la segunda en América Latina (hay otra en Chile), Arroyo señala que es una herramienta más para el combate de incendios forestales. “No porque el helicóptero está aquí vamos a apagar los incendios forestales inmediatamente. Las operaciones se deciden y se combaten por tierra. La operación aérea es un apoyo más”, enfatiza antes de embarcarse para una misión de observación de áreas verdes vulnerables a flagelos.

Esta ocasión el sobrevuelo es entre el Pichincha (al noroccidente), el Atacazo, (centro occidente), cerro Auqui (centro oriente), parque Metropolitano del Norte (norte) y el centro de la base aérea de los bomberos en el parque Bicentenario, todo ese recorrido se hace en solo 15 minutos.

Este tipo de misiones permite a los bomberos levantar un informe sobre la situación en que se encuentran las áreas verdes y el reservorio de agua en la parte superior del parque Metropolitano Guangüiltagua, al norte de la ciudad. (JCER)

LA CIFRA

7.563
eventos incendios afectaron 1.196 hectáreas forestales entre 2015 y 2016, según datos oficiales.

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