Cafeterías y heladerías que guardan todo un patrimonio

Personaje. Andrés Chaguaro maneja desde hace 12 años la heladería San Agustín.
Personaje. Andrés Chaguaro maneja desde hace 12 años la heladería San Agustín.

Hay establecimientos que se mantienen vigentes gracias a su tradición y buen gusto.

Las tradicionales heladerías y cafeterías del Centro Histórico de Quito no solo mantienen vivas las recetas de antaño sino que rememoran una parte de la historia y de la cultura de la sociedad quiteña.

La heladería y cafetería San Agustín, ubicada en un edificio que data del siglo XVII, es uno de estos negocios centenarios que son todo un referente en la ciudad.

El establecimiento inició en 1858 como una tienda de abarrotes, que surtía a la población con productos básicos. Luego, entre 1906 y 1910, se transformó en una cevichería y heladería. Esto, gracias al ferrocarril que permitía transportar mariscos e incluso el hielo.

Precisamente es en este punto cuando surge la invención de los llamados ceviches quiteños, los cuales no son otra cosa que una versión agridulce de los creados y consumidos en la región costera del país.

En la década de los 80’ el establecimiento forjó la identidad que mantiene hasta la fecha. Su oferta principal está constituida por los tradicionales helados de paila, los ceviches quiteños, los dulces típicos, y una variada selección de platos autóctonos, como el popular seco de chivo.

Andrés Chaguaro, representante de la sexta generación de la familia Andino que administra el local, expresa que para él es un orgullo y una responsabilidad ser parte de la historia de Quito y de una heladería y cafetería centenaria. “Una parte muy importante de nuestro negocio es intentar mantener vivo, a través de la comida, el patrimonio cultural de la ciudad”, puntualiza.

La parte más sustancial de su clientela está constituida por los turistas nacionales y extranjeros. Aunque los últimos dos años estuvieron marcados por la crisis, Chaguaro está convencido de que su labor va más allá de lo económico, pues abarca la preservación del legado histórico y gastronómico de Quito.

“Me veo trabajando en la heladería y cafetería San Agustín 40 años más, hasta los 70 años por lo menos, intentando mantener con vida los sabores esenciales de mi tierra”, dice Chaguaro, quien comenta que el rescate de recetas tradicionales como la timbushca, el yahuarlocro, el tamal de Navidad, el dulce de tamarindo y los buñuelos son parte de esa visión.

Sello distintivo

Fundada hace 57 años por los esposos Luis Moisés Espinoza y Esther Báez, la heladería y cafetería Caribe tienen como sello distintivo a los helados de fruta cien por ciento naturales.

Como cuenta María Augusta Espinosa, perteneciente a la segunda generación al mando, los sabores preferidos por la clientela son mora, guanábana y naranjilla. Esta heladería y cafetería es una verdadera tradición familiar, muchos de sus mejores clientes son personas de la tercera edad que llegan a tomar un helado, a desayunar o a compartir un almuerzo.

“La gran mayoría de nuestros clientes llegaron por primera vez de mano de sus padres, luego vinieron de la mano de sus hijos y ahora vienen con sus nietos”, explica Espinoza.

A pesar de los altibajos, el negocio mantiene intacta su esencia que consiste en ofrecer productos naturales de alta calidad, y que respetan y preservan las recetas originales ideadas de manera autodidacta por doña Esther hace más de 50 años. Además de los helados, los productos más vendidos incluyen el ponche o el chocolate espumoso de Ambato.

Como todo tradicional negocio familiar, la segunda generación todavía a cargo, espera que la tercera generación continúe, a mediano y largo plazo, con el legado y los sabores que ya forman parte del patrimonio cultural de la ciudad.

“Nuestra clientela es como la familia, una parte importante de nuestra vida e historia”, asegura María Augusta Espinosa. (JS)

FICHA

Contactos

Los establecimientos

San Agustín: Teléfono: 22285-082. Página web www.heladeríasanagustin.net.

Caribe: Teléfono: 2582-991. Local: Venezuela y Bolívar.