El Quinche, un destino más allá de la fe

CONCURRIDA. La imponente iglesia de El Quinche es el mayor reclamo turístico de esta parroquia.
CONCURRIDA. La imponente iglesia de El Quinche es el mayor reclamo turístico de esta parroquia.

Oferta gastronómica, lugares de ocio y montaña destacan en esta famosa parroquia de Pichincha.

Al referirse a la parroquia del Quinche, la imagen de su famoso santuario aparece en el imaginario colectivo de inmediato. Tanto su iglesia, construida entre los años 1913 y 1924, como su romería, que se celebra cada año en noviembre, son conocidos tanto en Ecuador como en el extranjero.

Sin embargo, las actividades turísticas van mucho más allá. La vida social se articula en torno a la Plaza Central, a los pies de la iglesia. Está presidida por una gran escultura de Fray Luis López, quien fuera obispo de Quito, rodeado por un florido jardín rebosante de plantas de la zona. Allí trabaja uno de los personajes más queridos: Alonso Robalino. Desde hace 45 años toma fotografías a los vecinos y visitantes a lomos de un caballo a escala real, para obtener una divertida estampa de su estancia en la plaza. “Se siguen vendiendo fotos, pero ya no cómo antes, la tecnología tiene eso, es buena por un lado, pero por otra nos dificulta el trabajo”, responde con cierta resignación.

Mercado

En los alrededores del parque hay comercios de textil, de comidas y otros servicios. Dos cuadras al sur está el Mercado del Quinche, muy amplio y con decenas de puestos. Allí se sirven encebollados, secos de pollo, y carne apanada, además de ‘maremotos’ como el que vende Pedro Pablo Peñarrieta en el puesto Número 7. “Aquí viene sobre todo gente de la parroquia, tenemos precios muy competitivos y productos de primera calidad. Todo fresco”, explica el vendedor.

EL DATO
A 60 kilómetros de Quito está la parroquia de El Quinche.Más allá de estos menús tradicionales, el mercado es famoso por un plato muy especial: la cabeza de borrego o caldo de cráneo. Es una comida bien particular que está en peligro de extinción. Se trata del cráneo de un borrego hervido en hierbas y servido con papas y caldo. Los sibaritas aseguran que es una delicia, se comen los ojos, las vísceras y el cerebro. Los moradores dicen que tiene propiedades afrodisíacas.

El puesto más famoso es el de La Ambateña, que regenta la señora Gioconda Morales. “Los fines de semana llegan personas de Quito y de los alrededores porque es un plato especial que se cocina en muy pocos lugares. Antes era muy habitual, lo daban como remedio para niños enfermos, por la cantidad de proteína que tiene”.

TRADICIÓN. Alonso Robalino lleva más de 45 años tomando fotos en su caballo a los turistas.
TRADICIÓN. Alonso Robalino lleva más de 45 años tomando fotos en su caballo a los turistas.

Deporte y andinismo

En el Quinche tan solo hay una piscina privada que se llama Del Duque, con un costo de 2 dólares, también dispone de un coliseo y un estadio, donde los equipos de la región juegan al deporte rey. Otro de los atractivos turísticos del Quinche es el Tablón, una elevación rectangular de más de 3.000 metros de altura a la que acuden regularmente andinistas. El ascenso se realiza en camioneta desde las faldas del cerrro rebosante de vegetación autóctona, coronado por una hermosa laguna. (MAP)

Santuario del Quinche

El Santuario del Quinche es la gran atracción de la parroquia. Fue construido en 1913 con planos del hermano Jacinto Pankiani, tomando como modelo la Basílica de Santa María de Roma. Dispone de una nave de tres cuerpos de grandes dimensiones, la central es de bóveda de cañón corrido. Está construido en ladrillo y cal y tiene capacidad para más de 4.000 personas. Los peregrinos acuden todo el año para agradecer peticiones a la Virgen o bien para solicitar alguna ayuda. En el interior también hay un museo con cuadros de temática cristiana y la historia del santuario.

LA CIFRA

600.000 personas acuden cada año en peregrinación

ESPECIALIDAD. El Mercado de El Quinche es famoso por vender el caldo de cráneo de borrego.
ESPECIALIDAD. El Mercado de El Quinche es famoso por vender el caldo de cráneo de borrego.