Un safari diferente para vivir en familia

El Zoo de Quito en Guayllabamba ofrece una experiencia lúdica y educativa para conocer la fauna y flora del país.

Por la noche los sonidos se agudizan, se escucha el graznido de algún ave, los senderos son misteriosos y a lo lejos se escucha un rugido y la gente se pregunta ¿será de un león o de un jaguar? El cielo muestra su perfil más elegante con un amplio manto de estrellas. La emoción y la ilusión se apoderan de los niños que participan en el safari nocturno que celebra todos los fines de semana de agosto en el Zoo de Quito, ubicado en Guayllabamba.

TOME NOTA
Para reservas y dudas llamar a los teléfonos: 236 88 98 / 236 89 00 / 098 046 563 / 091 463 846.Pero la inmersión en los territorios de la fauna y flora tan solo acaba de comenzar. Los niños son recibidos junto a los padres y familiares a las 17:00 en la entrada del Zoo. Luego les llevan a una zona de campamento donde colocan su carpa. Los pequeños aventureros deben llevar su propio sleeping, ropa de abrigo y zapatos cómodos. “Para muchos de ellos es la primera vez que acampan, es una experiencia que no olvidan jamás”, explica Fabiola Carvajal, directora del departamento de educación del Zoo de Quito.

Oportunidad

Luego comienzan las actividades. Primero visitan los animales que tienen comportamiento nocturno, como los felinos o los búhos, que durante el día están como adormecidos, pero que por la noche realizan sus actividades normales. Luego se trasladan a la ‘Casa nocturna’, un lugar mágico y envolvente, donde pueden ver en libertad a una buena cantidad de búhos y lechuzas, todos originarios de Ecuador.

35
dólares cuesta el safari por persona.Todas estas emocionantes visitas están complementadas con charlas informativas de concientización. Los animales que viven en el Zoo provienen en su totalidad del tráfico ilegal, rescatadas como mascotas o bien atacadas, todas víctimas del maltrato o mala práctica humana. “Lo primero que intentamos hacer es comprobar la viabilidad del animal, si puede retornar a su estado silvestre. En caso afirmativo se le realiza un seguimiento veterinario para este fin. Lamentablemente, en muchas ocasiones no es posible, como cuando las adoptan como mascotas, ya que se familiarizan en exceso con los humanos, por lo que morirían con mucha facilidad, en este caso los cuidamos y les damos una alternativa”, explica Martín Bustamante, director del Zoológico de Guayllamba.

EL DATO
Inicia a las 17:00 del sábado hasta las 09:00 del domingo. Se recomiendan que los niños acudan acompañados de un adulto. Está recomendado a partir de 4 años.Luego de estas charlas llega la cena, que está incluída en el precio, acompañada de una fogata con antorchas. Llega uno de los momentos más bonitos del paseo, la visita al Bosque Encantado, donde aseguran los que viven allí que habita un duende. Todos los niños conocen esas y otras leyendas. Otro de los momentos más espectaculares es cuando pueden ver y fotografiar de muy cerca a las aves rapaces. Águilas, halcones e incluso lechuzas desfilan frente a los chicos. En este caso y gracias a un novedoso proyecto de cetrería, los jóvenes pueden sostenerlos en sus manos que están protegidas por un guante de piel. Esa es una experiencia que seguro recordarán por siempre. “Para muchos niños es la primera vez que ven a un animal vivo de este tipo, se sorprenden mucho, rompen muchos prejuicios que a veces existen, como que los búhos o los gallinazos son malos”, recuerda Miguel Suárez, guía y halconero del Zoo. Luego de una plácida noche, los participantes desayunan y a continuación acuden al herpetario, donde conocen algunas especies de serpientes, como la boa constrictor o el caimán negro. Sobre las 09:00 terminan las actividades, todos los que lo deseen pueden permanecer el resto del día en el zoo o volver a Quito con una maleta llena de recuerdos y emociones. (MAP)