Esta edificación religiosa es la mayor de toda América en su estilo neogótico, además de uno de los más importantes templos de Ecuador.
Desde el altar mayor, y a través de una ventana en su fachada principal, se puede contemplar la Virgen del Panecillo. La idea era, según explica Bernardino Briceño, el párroco y rector de la Basílica del Voto Nacional, que cuando el padre oficia la misa pueda contemplar y disfrutar de semejante estampa. A día de hoy es un gran reclamo turístico que queda grabado cada día en cientos de cámaras y celulares de los turistas que la visitan.
La Basílica del Voto Nacional es superlativa en varios aspectos. Es el mayor templo neogótico de toda América, la mayor construcción religiosa de Ecuador y uno de los íconos de la ciudad. Sin embargo a veces no disfruta del éxito y respeto que se merece.
Motivo de construcción
Para comprender su trascendencia es importante acudir a los motivos de su construcción. Se trata de un voto en nombre del pueblo de Ecuador a modo de recuerdo –y para que jamás se olvide- la consagración de Ecuador al corazón de Jesús en 1874, idea que fue planteada por el padre Julio Matovelle en 1883.
El proyecto inicial fue contratado en Francia por el arquitecto francés Emilio Tarlier, quien atesoraba una gran experiencia en templos religiosos en España, Francia e Inglaterra. Para su diseño se inspiró en la famosa catedral de Notre Dame, de París, y también en la Catedral de Burgos (España). La primera piedra se colocó en el año 1890, luego de que seis años atrás el Congreso Nacional aprobara su edificación.
Como indica el padre Briceño, la ubicación original tenía que ser en La Alameda, donde está la iglesia de El Belén, pero luego de unas investigaciones llegaron a la conclusión de que los suelos –de naturaleza pantanosa- no eran aptos para la edificación. Entonces de optó por la llamada loma de San Juan, cuyos cimientos eran lo suficientemente firmes para soportar el peso de la Basílica.
DATO
Juan Pablo II bendijo en 1988 la BasílicaLuego del trabajo del padre Julio Matovelle, cuencano que falleció en 1929, quien logró grandes cantidades de dinero e impulsó el proyecto el padre Rigoberto Correa Vázquez en la parte parroquial y de dirección, junto al arquitecto Virgilio Flores, tomaron la posta en la construcción. “Fue el padre Rigoberto quien decidió la sustitución de las famosas gárgolas por animales ecuatorianos que representan los cuatro ecosistemas: Amazonía, Sierra, Costa y Galápagos. Yo pude conocer al padre Rigoberto, era su secretario e incluso enfermero y me comentaba que cuando recibieron La obra la Basílica tan solo estaba construida hasta las primeras ventanas, tan solo unos cuatro o cinco metros, luego ellos se encargaron del resto”, añade Briceño.
Récord de altura
A día de hoy las torres principales tienen una altura de 115 metros de altura, el segundo edificio más alto de Latinoamérica, tan solo superado por la Catedral de Maringá (Brasil). La nave central tiene 140 metros de largo por 35 metros de ancho y 30 metros de altura. Posee siete puertas de acceso, una cripta y un panteón donde descansan los restos de varios jefes de Estado. La construcción está realizada en hormigón armado y revestida de piedras. En la puerta principal hay escenas de la vida de Jesús y de la Creación. Uno de los elementos más sorprendentes son las gárgolas que aquí ofrecen representaciones de la fauna endémica de Ecuador.
En el interior destacan 24 capillas que representan a todas las provincias del Ecuador. Cada una de ellas tiene 15 metros.
DATO
La Basílica todavía no está finalizadaOtro de los lugares más visitados de la Basílica es la capilla donde descansa la réplica de la imagen de la Virgen de Guadalupe, cuyo original se encuentra en la Ciudad de México. La imagen es una de las 120 réplicas de la Virgen, y está realizada con una copia en láser del manto original. La Capilla del Inmaculado Corazón de María, decorada con vivos colores, en la parte norte de la Basílica, es una de las tres capillas de adoración perpetúa que existen en Quito. Allí también se encuentra el Corazón de María, al que los quiteños le rinden una gran devoción. (MAP)
