Las candidatas abren su álbum de fotos

INSTANTE. Cristina Puma guarda como tesoros algunos de los momentos más importantes de su vida.
INSTANTE. Cristina Puma guarda como tesoros algunos de los momentos más importantes de su vida.
INSTANTE. Cristina Puma guarda como tesoros algunos de los momentos más importantes de su vida.
INSTANTE. Cristina Puma guarda como tesoros algunos de los momentos más importantes de su vida.

Que 20 años no es nada, cantaba el bolero de Carlos Cardel. Pero en realidad si miramos hacia atrás –y sobre todo cuanto estas en la veintena- ese tiempo es sinónimo de grandes transformaciones, tanto físicas como de personalidad. Hemos consultado a algunas de las candidatas a Reina de Quito para que nos muestren algunas fotografías de su infancia para conocerlas mejor. (MAP)

Apasionada por las fotografías familiares

Cristina Puma tiene una imagen que muchos desearían tener: el instante en el que dio sus primeros pasos, con un año y medio de edad, una prueba de la pasión por la fotografía que tienen sus padres. En otra de las imágenes aparece junto a su abuela, a la que veneraba y se sentía muy unida. Otro momento que quedó grabado en su memoria fue cuando un mono le robó una galleta de la mano en Misahuallí (Napo). “Estaba en la playa y llegó de repente, desde ese día les tengo mucho respeto”, confiesa.

Al mirar las imágenes de su infancia afirma que ahora es una persona mucho más madura y fuerte. A pesar de la era digital en la que vivimos Cristina adora los álbumes de fotos tradicionales, los tiene segmentados por amigos, familiares, viajes…

Paisaje. La vida de Emilia Velásquez está íntimamente vinculada al mar.
Paisaje. La vida de Emilia Velásquez está íntimamente vinculada al mar.
Paisaje. La vida de Emilia Velásquez está íntimamente vinculada al mar.
Paisaje. La vida de Emilia Velásquez está íntimamente vinculada al mar.

Enamorada de la playa y la fotografía

La playa lo es todo para Emilia Velásquez. A pesar de que es quiteña de nacimiento y corazón la familia materna tiene raíces manabas. En una imagen se la ve con sus bonitos rizos y con una enorme sonrisa en una playa de Bahía Caráquez, donde se encuentra la casa familiar. Se vislumbra un enorme cariño con su padre en otra imagen en la que aparece abrazada a él.

De nuevo el mar, las olas, la brisa marina, la paz submarina… Pero la vida de Emilia fue agitada. Se marchó a EE.UU. con tan solo 7 años y tuvo que enfrentarse a la situación de un migrante recién llegado, pero ella sacó fuerzas y guiada por los consejos de su madre se hizo fuerte y guerrera. A los 12 años volvió a Quito. “Ahora soy una persona más pacífica y tranquila, es algo que adquieres con el tiempo. Emilia es una apasionada de la fotografía, tiene una Pentax de rollo análogo.

EMOTIVO. Daniela Romero aparece junto a sus padres con la torta de cumpleaños.
EMOTIVO. Daniela Romero aparece junto a sus padres con la torta de cumpleaños.
EMOTIVO. Daniela Romero aparece junto a sus padres con la torta de cumpleaños.
EMOTIVO. Daniela Romero aparece junto a sus padres con la torta de cumpleaños.

La consentida de los abuelos

Hay una imagen que Daniela Romero recuerda con emoción: uno de sus primeros cumpleaños. Está rodeada de su familia, que la quieren y protegen. Aparece también el mar, ya que su padre vivió su niñez y juventud en Puerto Viejo, sus abuelos son de Manabí, un lugar al que vuelve siempre que puede.

“Fui la primera nieta de lado y lado, así que era la más consentida. Creo que con el paso del tiempo he madurado, he tenido mis altibajos, pero aprendí a que cuando te caes hay que aprender a levantarse y a ser fuerte. Creo que antes todo me afectaba mucho, ahora no, me lo tomo todo con más calma”, explica.

En cuanto a su relación con la fotografía confiesa que le encanta tomar fotos, pero actualmente todo lo que tiene está en formato digital, bien organizado en carpetas. Eso sí, tiene pendiente, cuando tenga un poco de tiempo, hacerse un álbum fotográfico.