Esta delicia gastronómica proviene de Guayaquil. En La Mariscal se sirven los más exquisitos.
Existen varios caprichos gastronómicos, pequeños ‘pecados’ que alimentan el estómago y el alma. Bien, en este olimpo los sánduches de pernil ocupan un puesto privilegiado. Desde el pan caliente que se deshace en la boca hasta la carne de chancho que ha sido horneada durante horas para adquirir la consistencia adecuada.
Finalmente, el manjar de dioses, el caldo que se vierte sobre el sánduche, el resultado de los jugos que emana la carne, mezclado con hierbas y el toque secreto del chef. Repasamos algunos de los lugares imperdibles para deleitarse con su sabor. (MAP)
El sánduche perfecto
° Este es seguramente el mejor sánduche de chancho de Quito. Todo en él emana excelencia. El pan caliente y crujiente, el chancho sabroso, el cuero que corona el manjar crujiente y, sobre todo, el caldo en su punto, con una exquisita mezcolanza de especias donde sobresale el comino y toques de pimienta.
Es un lugar donde abunda la clientela fiel que acude a disfrutar de la grata compañía de Stalin Macías y, claro está, de sus inmejorables sánduches.
Nombre: El pernil guayaco de la Veintimilla
Dirección: Reina Victoria y Veintimilla
El sabor de la tradición
° ‘Los propios sánduches de pernil guayaco’ son seguramente los famosos de Quito. Al minúsculo puesto que regenta Patricio Aguayo acuden a diario cientos de personas en búsqueda de su porción de cielo. Muchos son funcionarios u oficinistas de La Mariscal, pero también es habitual ver a los carros que paran de propio. “Cada día vendemos una media de unos 200 a 250”, admite.
De nuevo el secreto de su éxito es la salsa, que lleva un sinfín de especias. El ají que se sirve en este lugar para acompañarlo también es excepcional.
Nombre: Los propios sánduches de pernil guayaco
Dirección: Juan León Mera y Roca
Chancho cocinado al calor del carbón
° Nada más entrar en los dominios del Sabrosín, llama soberanamente la atención la excelente pierna de chancho, que se muestra reluciente y jugosa. Es el fruto del arduo trabajo de hornear durante 12 horas la pierna del porcino, moviéndolo cada dos o tres horas. Esa es la única manera de obtener los resultados de esta carne y Luis Manuel Briceño lo sabe muy bien al prepararlo. Lo acompaña con productos frescos y de primera calidad para obtener un sánduche único.
Nombre: El Sabrosín
Dirección: Juan León Mera y Wilson