Escuela de chacras gradúa a su quinta promoción en el Valle de Los Chillos

Graduación. Esta semana, la última promoción de la escuela recibió su diploma luego de nueve meses de capacitación.
Graduación. Esta semana, la última promoción de la escuela recibió su diploma luego de nueve meses de capacitación.

La iniciativa busca promover una agricultura participativa, autosustentable y amigable con el ambiente.

La quinta promoción de la Escuela de chacras está conformada por 35 mujeres, algunas de ellas jefas de familia o adultas mayores, y 16 hombres, campesinos y trabajadores de la tierra por generaciones.

Todos estos microemprendedores agropecuarios, provenientes de las seis parroquias rurales del Valle de Los Chillos, recibieron capacitación, asesoría y apoyo técnico para mejorar y volver autosustentables sus cultivos y pequeños desarrollos ganaderos.

Por nueve meses, de abril a noviembre de este año, participaron de clases teórico- prácticas de cuatro horas semanales, donde fueron instruidos en procesos de agricultura tecnificada a pequeña escala, que incluye la utilización de agroquímicos y agrofertilizantes ambientalmente limpios.

Además participaron en el montaje y producción de cuatro huertos demostrativos ubicados en la población de Guangopolo y en las comunas aledañas de La Toglla y Rumiloma, donde pusieron en práctica todos los conocimientos aprendidos en las clases.

David Vaca, jefe de la Unidad de Desarrollo Humano Sustentable de la administración zonal del Valle de Los Chillos, explicó que los participantes de este proyecto son agricultores con conocimiento empírico de muchos años en el manejo de la tierra.

“Nuestra labor, con el apoyo de técnicos de la Agencia de Promoción Económica (Conquito), es especializar, tecnificar y potencializar los saberes que ya tienen los agricultores de la ruralidad de la zona. Los campesinos tienen mucha apertura para adquirir más habilidades y conocimientos”, dijo Vaca.

Además de la agricultura, los participantes aprenden sobre el manejo eficiente y la cría sustentable de animales pequeños de granja como gallinas, conejos, pollos, abejas y cuyes. Las prácticas ancestrales se mezclan con los últimos avances en el manejo sustentable de ganadería.

Autoconsumo
Aunque el mayor porcentaje de la producción de los campesinos va directamente al autoconsumo, si los participantes de la Escuela de chacras manifiestan interés, las autoridades municipales de la zona les ayudan a vender parte del resultado de sus huertos y criaderos en las tres ferias agro productivas en San José, el parque de la Mujer y Píntag.

EL DATO
En cinco años la iniciativa, a parte de los beneficiarios directos, ha tenido más de 1.000 favorecidos indirectos de las parroquias rurales de Alangasí, Amaguaña, Guangopolo, La Merced, Píntag y Conocoto.“Buscamos que los campesinos puedan producir alimentos sanos y ambientalmente sostenibles para su consumo, y que los excedentes pueden ser comercializados de manera directa y sencilla para que completen los ingresos familiares”, comentó Vaca.

Debido a las características del sector, los cultivos más extendidos son el maíz, tomate riñón, lechuga, plantas medicinales, rábanos y zanahorias. Aunque también se incentiva, a través de la escuela, la siembra de plantas frutales y otra variedad de hortalizas orgánicas.

La mayoría de los campesinos y agricultores de la zona tiene invernaderos y cultivos a campo abierto de máximo 50 metros cuadrados. “Otro de los objetivos del programa es que aprendan a utilizar de la manera más eficiente cada espacio disponible de tierra”, apuntó Vaca.

Además, a través de la administración zonal se destina, cada año, alrededor de 9.000 dólares para la compra de insumos agropecuarios como plástico para invernadero, malla sarán, semillas, mangueras para los sistemas de riego, semillas y plantas de frutales. Estos insumos son entregados a los participantes de la Escuela de chagras. (JS)