Quebradas y lluvias mantienen en vilo a tres sectores del sur de Quito

Peligro. En los linderos de la quebrada de la Ciudadela Internacional hay varias casas en riesgo.
Peligro. En los linderos de la quebrada de la Ciudadela Internacional hay varias casas en riesgo.

Habitantes de la Teniente H. Ortiz, Clemente Ballén y La Internacional siempre temen la llegada del invierno.

“Cuando empieza la época invernal tenemos miedo. Cada año hay deslizamientos de tierra y caídas de árboles. Decenas de casas corren peligro de despeñarse por las quebradas”, cuenta Marcia Pico, habitante de la ciudadela La Internacional, en el sur.

Ella asegura que durante años han denunciado los riesgos que corren debido a la quebrada que cruza por ese sector, pero no han sido atendidos.

“Hemos hecho pedidos desde hace 20 años, pero las autoridades no han dado respuesta. Los pocos árboles sembrados en la ladera de la quebrada fueron puestos ahí por el dueño de una fábrica de muebles”, aseveró Pico.

Su vecino Fabricio Puma añadió que por la calle que está junto a la quebrada pasa una gran cantidad de camiones y carros particulares. “El peligro es constante porque los desprendimientos de tierra provocan caídas de árboles que afectan a las viviendas”.

Agregó que en los más de 25 años que vive en la zona, han ocurrido desgracias de todo tipo, desde inundaciones y desmoronamientos parciales o totales de viviendas, hasta caídas de personas. “Ahora mismo hay árboles a punto de caer sobre casas, pero los pedidos para que se los pode no han tenido respuesta”, concluyó.

Una situación similar se replica en la ciudadela Teniente Hugo Ortiz, un poco más al sur, donde lo que una vez fue la casa comunal colapsó.

Pamela Lituma, quien vive en el sector, comentó que la suerte de las viviendas y otras estructuras cercanas no es la única preocupación de los vecinos, sino también el estado de las alcantarillas.

“Con las lluvias se agudizan los problemas de inundaciones y deslizamientos de tierra. Lamentablemente las autoridades han hecho, en el mejor de los casos, alguna limpieza o medida parche, pero las soluciones de fondo no se concretan”, aseveró.

EL DATO
La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable proyecta trabajos de mitigación en las quebradas Cornejo, Capulí y Shanshayacu, en el sur de Quito, pero no descarta valorar otras intervenciones.También contó que al menos unas 20 casas son las que tienen un riesgo directo cuando la quebrada comienza a desmoronarse. “En El Calzado hace unos pocos meses iniciaron obras de mitigación en la quebrada, pero solo cuando hubo un deslave importante que obligó a cerrar la calle aledaña”, añadió.

En la Clemente Ballén, la situación se repite, la quebrada no ha recibido ningún tipo de obras de mitigación o contención. Lucila Vela, vecina de esta ciudadela, comentó que normalmente las autoridades aparecen cuando ya hay desgracias que lamentar y no responden a los reiterados pedidos de la comunidad.

“Cerca de la quebrada hay canchas y áreas verdes donde van niños y jóvenes. El peligro es latente porque no hay ningún tipo de barreras que impidan que una persona sufra una caída. Además ya hay casas que presentan cuarteamientos y fisuras por los deslizamientos de tierra”, dijo.

Trabajos en El Calzado
Desde hace aproximadamente seis meses, luego de que un importante deslizamiento de tierra afectara el talud izquierdo de la quebrada y parte de la calle Antonio Rodríguez, se iniciaron labores de estabilización y contención en el sector.

Según Ramiro Benítez, técnico de la obra, los trabajos se extenderán hasta máximo mediados de marzo próximo, si las condiciones climáticas lo permiten. El colector de la zona colapsó hace algunos meses, por eso se está construyendo una estructura que contenga el cauce del río Machángara, y así evitar que la fuerza del agua produzca deslizamientos de tierra que no solo puede afectar las calles, sino a las viviendas aledañas.

La inversión en esta obra es de 598.489,82 dólares. Además se están llevando a cabo tareas de limpieza, reparación de fisuras y repavimentación de la calle Antonio Rodríguez. Esta vía ha permanecido cerrada al tránsito vehicular, desde el redondel de la Cardenal de la Torre, por un periodo de más de seis meses.

Andrea Urna, vecina del sector, explicó que esta intervención era indispensable, pero lamentó que se haya hecho cuando ya ocurrió un gran deslave. “Esta zona es de permanente riesgo cuando llueve, no solo que colapsan las alcantarillas, sino que la inestabilidad de la quebrada siempre ha traído problemas en las viviendas cercanas. Esperemos que con estas obras no tengamos ningún inconveniente”, acotó. (JS)

• Mañana una entrevista con Juan Manuel Carrión sobre la situación de las quebradas del Distrito.